- Dice usted que la Mancomunidad afronta un reto para garantizar la supervivencia de los municipios. ¿Escaparán?

- Sí. Le veo futuro al Norte porque de la unión sale la fuerza, no solo en grandes proyectos como el edificio multifuncional de Arucas, el centro tecnológico de Gáldar o el mercado de Guía, que son proyectos supramunicipales, sino con acciones como las escuelas taller, que es una forma de crear empleo y ofrecer formación, la mejora de las comunicaciones de medianías a costa o intentar de nuevo mancomunar servicios como el de la recogida de basura.

- ¿Pero no cree que ya existe suficiente asfalto como para alquitranar más?

- Sí se puede hacer, hay mucho asfalto es verdad, pero se pueden mantener al día las vías que existen y dotarse de otras sin destrozar el entorno.

- ¿Y con las escuelas taller no se corre el riesgo de una superpoblación de jardineros?

- Por eso hay que proyectarlos al turismo rural, que es el gran potencial de la comarca Norte, como el de hostelería en Arucas, y no sólo enfocarlos en materia de vivienda.

- ¿Dejará en la Mancomunidad la impronta de Artenara?

- Pues claro. Intentaré reforzar los municipios rurales ajenos al desarrollo turístico con proyectos de desarrollo que pongan en valor sus enormes recursos patrimoniales y naturales.