La polémica escollera de Maspalomas ha entrado en punto muerto tras las protestas vecinales y las discrepancias políticas en el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, lo que ha llevado al Ministerio de Medio Ambiente a tramitar la declaración de impacto ambiental por el procedimiento ordinario, no por la vía de urgencia, a la espera de que la nueva corporación municipal decida si sigue adelante con las obras o renuncia al proyecto. Eso significa, en el mejor de los escenarios, más de un año de trámites antes de retomar los trabajos.

Desde el mes de marzo, tras la paralización de las obras por parte de la anterior alcaldesa, María del Pino Torres, la Dirección General de Costas permanece a la expectativa, pero la respuesta del Ayuntamiento sureño se ha complicado porque el nuevo equipo de gobierno de Marco Aurelio Pérez considera que no se trata de una actuación prioritaria, sino de una "operación electoralista" de su predecesora que "salió al revés de lo previsto".

Según el nuevo alcalde, María del Pino Torres "se empeñó personalmente" en sacar adelante la escollera e involucró a la Demarcación de Costas, al Cabildo de Gran Canaria y al Consorcio para Rehabilitación Turística, pero después se vio obligada a parar las obras ante el rechazo de la Plataforma SOS Maspalomas y las denuncias judiciales de la Federación Ecologista Ben Magec.

La intención del nuevo gobierno municipal es esperar al informe de impacto medioambiental y, en el caso de que Costas autorice el proyecto, buscar el dinero a través del Consorcio del Sur o de otras instituciones. José Miguel Pintado, jefe de la Demarcación de Costas en la provincia de Las Palmas, explicó ayer que su departamento no tiene presupuesto para ejecutar esa obra.

Financiación

Por su parte, el gerente del Consorcio, Rafael Molina Petit, consideró que esa obra es necesaria para garantizar el paso de los bañistas entre el Faro y la Charca de Maspalomas, por lo que garantizó la implicación económica del Consorcio si así lo deciden las cuatro administraciones que lo componen.

No obstante, la crisis económica y el rechazo de los vecinos, al que incluso se sumaron los propios empresarios del centro comercial Oasis, han dejado "muy tocado" el proyecto de la escollera. Fuentes consultadas por este periódico admitieron ayer que ni el Ministerio que dirige Rosa Aguilar ni el Ayuntamiento tienen ahora prisa por ejecutar la obra, por lo que no descartaron que al final se quede en otro proyecto fallido en el Sur.

La escollera, que nació como una idea de algunos empresarios del Oasis para evitar que el oleaje llegara a los locales comerciales, generó polémica desde el principio y ha enfrentado a los grupos políticos del municipio. Según las mismas fuentes, "se están imponiendo los argumentos que desaconsejaban la obra y, sobre todo, las dificultades económicas de todos".