La crisis y la falta de trabajo han hecho que más de 3.000 inmigrantes de 17 países latinoamericanos hayan dejado Santa Lucía en los últimos 18 meses para buscar una alternativa en la Península o volver a sus pueblos de origen. Aunque en el municipio hay foráneos de más de 105 nacionalidades diferentes, son los iberoamericanos los que más han sufrido la crisis.

Así, de los 7.338 latinoamericanos que residían en Vecindario a principios del pasado año, solo quedan 4.242, ya que se ha ido algo más del 41 %. Tal porcentaje es el doble de la media de los extranjeros que han dejado el municipio. En concreto, de los 13.528 inmigrantes empadronados a finales de 2009 se ha pasado a 10.877, casi un 20 % menos.

Según los datos del padrón municipal, las comunidades hispanoamericanas que más han visto reducir su presencia en Vecindario en el último año y medio han sido Cuba (1.411 menos), Colombia (450), Venezuela (304), Uruguay (260), Ecuador (222) y Chile (105).

El alcalde, Silverio Matos, apuntó ayer que "la crisis ha afectado también a los inmigrantes, que han venido a trabajar y ya no tienen alternativas aquí". "Según me dicen sus familiares y amigos, la mitad ha ido a la Península y la otra ha vuelto a sus países", añadió.

Asimismo, de las comunidades más numerosas existentes en Santa Lucía han descendido los marroquíes, al pasar de 1.739 a 1.646, y Alemania con diez menos contando con 622 personas. Sin embargo, los italianos han triplicado su presencia al pasar de 238 a 752 los empadronados; y los mauritanos con 93 más, teniendo ahora 274 registrados.