Más de doscientas especies autóctonas del Jardín Canario Viera y Clavijo viajarán a Corea del Sur a partir de septiembre para crear una réplica de los bosques y montes del Archipiélago canario en el lejano Oriente. Laurisilva, pinares, tabaibales, cardonales, palmeras o veroles. Todo tendrá cabida en el Ecorium, el centro botánico que construye el Instituto Nacional de Ecología en la ciudad coreana de Chung Cheong Nando.

El traslado de árboles y semillas, por barco y avión, será complicado, pero los científicos y cuidadores del Jardín Canario ya tienen experiencia en mimar a las plantas para que se adapten lo antes posible a su nuevo entorno, señaló su director, David Bramwell, quien se encargará de realizar la selección entre las 700 especies vegetales autóctonas que existen en las Islas.

La idea se gestó en el mes de junio, durante el aniversario de Eric Sventenius, el creador del Jardín Canario, cuando una delegación coreana planteó la posibilidad de dedicar un pabellón del Ecorium a la flora canaria. Estará junto a otros dos invernaderos dedicados a la vegetación de California y Australia. Esa propuesta se plasmará el 5 de septiembre con la firma de convenio de colaboración entre el Cabildo de Gran Canaria y el Gobierno coreano.

Adaptación

Será, junto a la del Botánico de Barcelona, la mayor representación de flora canaria en el mundo, explicó Bramwell, quien precisó que el traslado a la ciudad condal permitió perfeccionar los métodos de viaje. En este caso, el barco presenta problemas por el tiempo de la travesía, ya que las plantas, de hasta un metro de altura, no pueden llevar tierra. El avión es más rápido, pero los controles en los aeropuertos impiden hacer un seguimiento desde la salida hasta la llegada. "Ya tuvimos una mala experiencia, pues dejaron un contenedor al sol y perdimos varias plantas", apuntó.

Las plantas autóctonas se adaptan bien a cualquier ambiente, pero en Corea estarán en un moderno invernadero para evitar las heladas del invierno. Una vez realizado el trasplante, las especies de tamaño medio tardan un año en acostumbrarse a su nuevo hábitat y a los tres años ya están desarrolladas. "Siempre que estén entre 10 y 25 grados, no hay problema", comentó Bramwell, quien recordó que las plantas autóctonas están "muy bien consideradas y casi en cualquier ciudad del mundo se puede encontrar una palmera canaria".