Néstor Rodríguez, el actor de la Suelta del Perro Maldito en cuya vestimenta se originó el fuego que ocasionó el accidente multitudinario con el resultado de una treintena de personas heridas, ya respira por su cuenta, sin necesidad de ventilación asistida.

Al joven se le ha retirado la máquina de respiración mecánica debido a su ligera mejoría, gracias a la cual ha sido trasladado desde la Unidad de Cuidados Intensivos a una cama en la planta de quemados. "Se le ha dado de alta en la UCI y se le ha quitado la ventilación asistida. Dentro de la gravedad, hay una ligera mejoría de su estado", señaló ayer a este periódico una portavoz del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

Su tío, Carmelo Ramírez, también mejora lentamente de sus quemaduras y ya está ansioso por volver a su trabajo de chofer de la consejera de Industria del Gobierno de Canarias, Margarita Ramos.

"Aún camino ayudado de las muletas y voy a diario a hacerme las curas al centro de salud de Valsequillo, pero apenas salgo de casa. Donde más dolido estoy es en el tobillo del pie izquierdo. Si no me pueden quitar la costra en Valsequillo, tendría que ir a Telde o al Hospital Insular", señaló Ramírez.

Lucía Díaz continúa muy grave en el Hospital Clínico La Paz de Madrid, donde ha sido sometida a sucesivas operaciones de cirugía plástica. Su evolución parece favorable, "aunque muy lenta", según indicaron en el centro sanitario madrileño.

La Paz no dio ayer ningún parte médico y remitió al último emitido la semana pasada. La joven de 17 años sigue sedada y con ventilación asistida, "requiriendo cirugías periódicas para reparación de sus quemaduras". Sigue en la Unidad de Quemados.

Los otros heridos más graves continúan evolucionando favorable aunque lentamente en los hospitales grancanarios Insular y Negrín.

El alcalde de Valsequillo, Francisco Atta, se reunirá esta semana con los responsables de Mapfre, la aseguradora con la que el ayuntamiento tenía cubierta la póliza para este tipo de percances.

Hasta ahora media docena de personas ha reclamado indemnizaciones a través del registro del consistorio, cuyas peticiones han sido remitidas a la compañía de seguros para que ésta haga las valoraciones pertinentes a través del peritaje de sus técnicos.