Sumida en el dolor al conocer el grave estado de salud en el que se encuentra su única hija. Así llegó en la tarde de ayer a Gran Canaria Yamilet Castañeda, madre de Yedna Botet Castañeda, la empleada del hotel Cordial Mogán Playa de nacionalidad cubana y de 22 años cuya situación era crítica al sufrir quemaduras en el 90 % de su cuerpo después de la explosión que tuvo lugar el pasado miércoles en el citado establecimiento hotelero.

"¿Por qué mi hija? ¿Por qué?", repetía ayer una y otra vez la progenitora nada más cruzar la puerta de la terminal de llegadas del aeropuerto de Gran Canaria mientras abrazaba a la abuela de la joven, Fela Rodríguez, y a una tía, con las que Yedna Botet convivía en una vivienda de la localidad de Vecindario desde hacía unos tres años, según apuntaron allegados.

Esas eran las únicas palabras que acertaba a decir Yamilet Castañeda, que durante el día de ayer viajó desde Cuba hasta Gran Canaria para estar junto a su hija, que se halla ingresada en el Hospital Doctor Negrín. Tras recibirla, los familiares acudieron al centro hospitalario para conocer su estado de salud.

Por su parte, sus compañeros de trabajo indicaron que la joven se encontraba estable este pasado jueves dentro de la gravedad. Los médicos evaluaban el estado de la joven para trasladarla al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

Precisamente a este centro médico ya han sido llevadas dos afectadas por la explosión en la que falleció una turista noruega de 55 años. El mismo día del accidente fue evacuada Jéssica Fernández, de 28 años y empleada del hotel, al tener el 42 % de su cuerpo afectado por quemaduras y un ojo dañado. Su estado es grave y recibe ventilación mecánica, según informó un portavoz del hospital.

Asimismo, en la tarde de ayer un avión medicalizado del Servicio de Urgencias Canario (SUC) trasladó al hospital sevillano a la responsable del spa del hotel, Auxiliadora, de 40 años, cuyo pronóstico es muy grave al sufrir quemaduras en el 70 % de su cuerpo, según informó en un comunicado el 112.