- ¿Admite la acusación que hace Berriel a los empresarios de Gran Canaria de pretender saltarse la ley para poder sacar sus proyectos?

- Espero que esa sea sólo una expresión del consejero que no refleje su pensamiento. Me parece imposible que Berriel piense eso. Lo único que queremos los empresarios es que desaparezca la maraña burocrática que bloquea las inversiones, pero nunca hemos planteado a nadie saltarnos las normas.

- ¿En algún momento de desespero no le ha dicho a Berriel que no sea tan tiquismiquis con el planeamiento?

- No. Lo que los empresarios sí que le hemos planteado es que dentro de las normativas y leyes del suelo no se coja el extremo más enrevesado, sino que se vaya a la solución más sencilla porque si no resulta imposible invertir en esta Isla. Insisto en que hoy por hoy no creo que Berriel pensara de verdad lo que expresó en palabras.

- ¿Y que diría a quienes les acusan de aprovechar la crisis económica para apurar al Gobierno a que sus inversiones pueden mejorar la economía de la Isla?

- Mire, los empresarios sí que tenemos la fuerza moral para decir a los políticos que dijimos que tanta normativa como la de la moratoria iba a perjudicar a la economía y está pasando. Desgraciadamente los hechos nos han dado la razón.

- ¿A qué hechos se refiere?

- Pues a la moratoria, que fue una barbaridad como se aplicó. La moratoria debió orientarse a potenciar la calidad en la edificación turística y lo que hizo fue crear nuevas normas que dieron pie a una mayor cantidad de proyectos. Es decir, que sirvió no sólo para construir más, sino para construir con una calidad ínfima. Ante cualquier medida de freno a la economía, los que tienen dinero empiezan a sacar y se forman los corralitos.

- ¿Ese dinero que quedó agazapado se puede poner en circulación a través de la Ley de Medidas Urgentes?

- No, no es tan sencillo. Se quiso maquillar la moratoria con esta Ley de Medidas Urgentes, pero existe un artículo, el 47, que permite al Gobierno, y esto no es saltarse la ley, que a partir del interés común se puede dar el visto bueno a las inversiones. Pero no se aplica.

- ¿Y por qué no se aplica?

- Creo que los políticos de Gran Canaria tienen miedo de que puedan acusarle de que los proyectos no atienden al interés público. Los políticos tienen mucho respeto también al informe del funcionario.

- ¿En este levantamiento contra la gestión de Berriel no hay una revancha por los pleitos perdidos de la moratoria?

- No, esto no es una rabieta. Jamás ninguno de los empresarios que tienen bloqueados los proyectos hemos dicho que si no me dejas ahora construir aquí me tienes que dejar hacer esta otra obra.

- ¿Por qué en Tenerife es más fácil sacar adelante los proyectos?

- Yo en esto quiero ser claro. En Tenerife lo han sabido hacer mejor porque ha habido más coordinación entre el Cabildo, el Gobierno y los ayuntamientos. Mientras en Gran Canaria estábamos enfrascados con los planes parciales y el PIO-GC, en Tenerife no han desarrollado tanta normativa y han ido a lo práctico. En Tenerife nos han ganado en el desarrollo de hoteles de calidad. Sinceramente, más que culpar a un consejero hay que decir que es un problema de coordinación entre el Gobierno con el Cabildo grancanario y los ayuntamientos.

- Cuando se ha invertido con tanta facilidad en República Dominicana, ¿cómo se ve el proceso para sacar adelante los proyectos en Gran Canaria?

- Pues como una lucha sin cuartel para sortear una maraña administrativa. Pero yo no creo tanto que sea la culpa del consejero Berriel sino de la cantidad de trámites a cumplir.

- ¿Cree que Berriel tiene más afinidad con Santiago Santana Cazorla, pues ya le desbloqueó el proyecto del puerto de Anfi Tauro?

- No. Lo que pasa es que hay tal cantidad de leyes que el consejero se ve atrapado. Creo que a lo mejor el proyecto de Santana Cazorla se desbloquea porque ha logrado resolver en el tiempo los trámites.

- ¿Confía en la rehabilitación de la planta alojativa?

- Soy muy pesimista sobre la rehabilitación por dos razones: primero, la normativa está poco clara, meterse en este camino es meterse en más líos de normas; y segundo, la renovación no va acompañada de planes públicos. De nada vale si un complejo de apartamentos se transforme si después no hay resorts, puertos deportivos o mejores infraestructuras.

- Como conocedor de la oferta de otros destinos, ¿en qué suspende Gran Canaria?

- En los últimos años los promotores han hecho establecimientos de mucha calidad, pero hay que seguir apostando por los campos de golf y sin duda fallamos en muelles deportivos.

- ¿Y en el negocio del gas, también Gascan se fue de Gran Canaria ante la imposibilidad del invertir?

- Gascan apuesta primero por invertir en Gran Canaria porque la planta que tenía mayor posibilidad de salir era la de Arinaga, pero ante tanto intereses políticos y personales se ve que este proyecto va a tardar en salir. No es que lleve la sede a Tenerife, es que se decide apostar entonces por Granadilla.