La expansión turística de San Bartolomé de Tirajana en el área de Santa Águeda contempla la construcción de más de 5.000 plazas alojativas y equipamientos turísticos complementarios como campos de golf, puertos deportivos y parques temáticos, cuyo número y ubicación se definirá en el Plan General de Ordenación que elaborará la empresa pública Gesplan. Ante la propuesta del alcalde Marco Aurelio Pérez de ampliar la oferta turística hacia el oeste, la última zona virgen en el litoral del municipio, el Gobierno de Canarias dará vía libre a todas las actuaciones permitidas en el Plan de Ordenación Turística Insular (Pteoti-GC), según aseguró el consejero Domingo Berriel tras la aprobación definitiva de dicho documento.

La nueva pieza turística de Santa Águeda está situada entre el puerto de Pasito Blanco, la carretera GC-1 y la desembocadura del barranco de Arguineguín, con una superficie total de 865,4 hectáreas. En la costa se localizan las playas de Montaña de Arena, Las Carpinteras, Triana, Las Pimientas, Santa Águeda y El Perchel, así como el núcleo de El Pajar, la cementera de Arguineguín, el camping de Pasito Blanco y la estación de seguimiento aeroespacial.

En la valoración ambiental, el Pteoti-GC señala que en el suelo que ocupa la pieza no se han identificado elementos naturales, o zonas de flora y fauna de especial interés para su conservación sobre las cuales el desarrollo turístico pudiera producir efectos negativos significativos. Sí se advierte de que no se debe actuar sobre los barrancos y laderas de mayores pendientes, pues "podrán derivarse efectos negativos sobre el drenaje y la configuración del paisaje".

Calidad

En la valoración turística, el documento resalta "su condición de reserva para futuros desarrollos, fundamentalmente de equipamiento turístico complementario y en menor medida de alojamiento". También señala que "puede ser soporte de una oferta turística de alta calidad". Aunque el Pteoti solo marca el techo de lo que se podrá hacer en esa zona en el futuro, el Ayuntamiento pretende incluir desde ahora en el Plan General los máximos desarrollos permitidos, a lo que el Gobierno y el Cabildo no se opondrán.

No obstante, el suelo urbanizable para uso turístico queda sujeto a una serie de condiciones. La superficie mínima del sector será de 100 hectáreas, con una densidad bruta máxima de 10 plazas por hectárea y un techo máximo de 5.000 camas para toda la pieza. De las plazas resultantes, "como mínimo el 50% deberán ser hoteleras con categoría de cinco estrellas", mientras que el resto de la camas podrán autorizarse en la modalidad de bungalow o villas con categoría de cuatro llaves. Solo permite un 15% de plazas de alojamiento temporal.