La revista del Colegio de Médicos de Las Palmas acaba de publicar un breve pero interesante artículo del que es autor el urólogo Nicolás Chesa Ponce en el que resume la curiosa circunstancia del nacimiento de una saga de médicos con el apellido Ponce y oriundos de Firgas que inició su abuelo, el recordado José Ponce Arias, que fue uno de los más prestigiosos urólogos de nuestro país que cursó la carrera en Francia y que a su regreso a la isla logró la creación en el Hospital de San Martín del servicio de Urología, el único en Canarias hasta aquel momento del que fue jefe durante muchos años, siendo también uno de los fundadores de la Clínica San Roque en la calle hoy conocida como Ramón y Cajal, lindando con aquel barrio. Siguiendo la vocación médica de este patricio, cursaron la carrera otros descendientes directos: sus hijos José y Francisco Ponce Caballero; su hijo político y sobrino Nicolás Chesa Ponce y sus nietos José Ponce Socorro y el autor del trabajo, otro Nicolás Chesa Ponce, además de otros parientes en segundo o tercer grado con el mismo apellido que también se hicieron médicos.
El artículo ha servido para hilvanar algunos detalles del arraigo de este apellido en Gran Canaria. El origen de la rama de este Ponce que se estableció principalmente en Arucas procede de Pedro González de Pedrosa, que fue nombrado Alguacil Mayor de la Audiencia de Canarias por Carlos V (Miguel Rodríguez Díaz de Quintana, dixit) cuya hija Leonor había casado en Sevilla con Pedro Ponce de León, andaluz, de la Casa de los Condes de Arcos y Marquesado de Cádiz, y sobrino del licenciado Guillén Ponce de León, Arcediano que fue en aquella época de Tenerife y canónigo de nuestra Catedral. Este Pedro Ponce de León sucedió a su suegro en el alguacilazgo mayor de nuestra Real Audiencia y fue, además, Ejecutor del tribunal isleño. Testó en septiembre de 1621 ante Juan Fernández Fleitas (de cuyo testimonio, actualmente en mal estado, ofrecemos el inicio y el final) en cuyo testimonio se hace llamar simplemente Pedro Ponce y así firma, a partir del cual solo se consigna por apellido sucesivamente en esta familia la filiación de Ponce. En la carta testamentaria funda una capellanía colativa familiar llamando para los derechos a los que fueran de su linaje y parentela. Hasta 1942 era poseedor de aquella el magistral de Canarias José Marrero y Marrero y al fallecimiento de éste aquel año la solicitó al Obispado el también canónigo Alejandro Ponce Arias, hermano del médico aludido. De este matrimonio Pedro Ponce/Leonor de Pedrosa procede por línea sucesiva de una de las ramas de este tronco la familia canaria de este apellido que asentada Arucas en el s. XVII, localidad en la que todavía abunda numerosa descendencia que conserva el apellido y desde donde se trasladó a Firgas, de una de cuyas ramas procede la que aquí se ha seguido que afecta a los Ponce Arias.
Es conocido, pues, que el apellido Ponce figura entre los más abundantes registrados en los padrones vecinales de la villa de Firgas, principalmente en el XIX (procedentes igualmente del iniciador del apellido, Pedro Ponce/Leonor de Pedrosa), sobre el que el cronista de la localidad Manuel Perdomo nos aporta el dato de la existencia en las postrimerías del año 1800 de un ciudadano llamado Pedro Ponce establecido allí ejerciendo como maestro de enseñanza pública, sobre el que desconocemos otros datos.
Sí conocemos que un Pedro Ponce de Acosta (nacido en la ciudad de Arucas en 1801 como hijo de Francisco Ponce y de Isabel de Acosta), casó en Firgas sobre 1820 con Eduarda Ramírez Marrero, ceremonia bendecida por el prior del convento de San Juan de Ortega fray José González, de cuyo enlace nació (suponemos que entre otros hijos porque el apellido siguió proliferando a través de otras ramas de las que también abunda allí numerosa descendencia) Salvador Ponce Ramírez, nacido en 1822, matrimoniado en la misma villa con Inés Pérez Hernández, padres de José Ponce Pérez que casó allí con María de las Nieves Arias González, progenitores de los referidos Alejandro, el canónigo, y José Ponce Arias, el médico.
