El portavoz de la Plataforma No a la Tercera Pista Aeropuerto de Gran Canaria, Antonio Ramírez, indicó que el Informe de Impacto Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente no atiende el mandato hecho a AENA en 2006 por la Secretaría General para la Prevención de la Contaminación, en el sentido de que "uno de los aspectos básicos es considerar la contaminación acústica generada por el aeropuerto, pues los conflictos podrían ser significativos a corto plazo en determinadas zonas donde se ubicará la nueva pista". "Tal resolución instaba a AENA a acometer las medidas necesarias para evitar que la desigualdad de la ratio de utilización del aeropuerto entre los distintos días implicara el planteamiento de futuras ampliaciones, que podrían suponer una importante afección ambiental", insistió. Ramírez asegura de que una redistribución de las operación también haría innecesaria la tercera pista, que duplicaría las actuales servidumbres.

El colectivo señala que la ampliación incluye la desviación de la autopista GC-1, realojar 1.200 familias, y la insonorización de unas 10.000 viviendas por la nueva huella acústica. "Ya pagamos un peaje ahora, y con la tercera pista se triplican las afecciones en la salud, el medio ambiente, que harían insoportable la habitabilidad del lugar por los ruidos y los gases de las aeronaves", advirtió.