Una exposición recupera la memoria de Ernesto González, un joven artista que salió de su casa en noviembre de 2006 "y no volvió nunca más". El colectivo cultural Artistas Aruquenses aprovechará la inauguración de una muestra colectiva, que se inaugura hoy lunes en el Club LA PROVINCIA, para rescatar la memoria de uno de los cinco fundadores del grupo, del que se conoce su paradero.

Las pinturas de Ernesto González cuelgan de nuevo en la pared. Sus compañeros han decidido homenajearle de la mejor forma que saben, con el trabajo del grupo que fundó a finales del siglo pasado junto a Mario Comas, José Sánchez, Antonio Cerpa y Juan Martín. Hoy ese colectivo ha crecido hasta formarlo una veintena de personas.

La historia de Ernesto González ha quedado parada en el tiempo. Como señala su compañero Juan Cerpa, "un buen día, corrijo, mal día, Ernesto salió de su casa y no volvió nunca más. Con él se fue su hacer y atrás nos dejó un puñado de sus energéticas e impactantes obras".

El pintor abandonó su casa de Arucas un lunes del mes de noviembre de 2006. No llevaba pertenencias personales encima, ni dinero, móvil, ni tarjetas de crédito, según recordaba su familia. El joven de 1,80 metros de altura vestía un pantalón, chaqueta y camisa oscura, así como una mochila deportiva. Sus últimas imágenes lo localizan en el propio municipio, junto al polideportivo y Tinoca.

"Era un bohemio", según la familia. Los compañeros ratifican que era una persona tímida e introvertida, que se consideraba "libre" y de dibujos "desconcertantes". De ahí obras con títulos como Adversidad. Cerpa rememora que se definía como un pintor realista que transformaba su propia realidad, aunque "yo diría que era más bien abstracta".

Los Artistas Aruquenses no se explican la ausencia del pintor, ni dónde puede estar, aunque prefieren quedarse con la obra que legó. "Se llevó consigo todos sus secretos, calladamente, como siempre hizo", señala el libreto que acompaña a esta exposición, que pretende mantener viva su memoria y su trabajo.

Este grupo surge a finales del siglo pasado, de estilos y formación de trabajo heterogéneos, que surgió en Arucas para poder tener espacios donde presentar su obra, que abarca pinturas y esculturas.

Con el paso del tiempo ha continuado sumando integrantes, hasta sumar unos 25 en estos momentos. Cada uno con sus propios matices, pero que luchan por plasmar esa identidad en forma de arte.

"No nos une un estilo ni una escuela común, pero sí un conocimiento de que el camino se puede hacer mas fácil y agradable en compañía, que cualquier cosa puede surgir cuando unimos muchas mentes creativas y un mismo deseo de trabajar, y porque las diferencias entre nosotros pueden ser más enriquecedoras que nuestras semejanzas", señalan.