La cabra majorera de Gran Canaria, uno de los tesoros ocultos de la isla, será estudiada durante los próximos cuatro años para impulsar una mejora genética de la raza y aumentar la calidad de la producción de leche y queso. Se calcula que la práctica totalidad de las 100.000 cabezas de la cabaña caprina insular pertenece a esta raza, pero hasta ahora sólo se ha evaluado a un 15% de los animales y apenas se ha avanzado en la elaboración del Libro Genealógico, según explicaron ayer el presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna, y el director técnico del proyecto, Gabriel Fernández de Sierra.

Ante este retraso, el consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Miguel Álamo, ha concedido una ayuda de 24.000 euros a la Federación Nacional de Criadores de Cabra Majorera, que permitirá realizar un estudio riguroso sobre la cabaña caprina y ofrecer cursos a los más de 300 productores de la isla.

El origen de las cabras de Gran Canaria es motivo de controversia y la polémica se volvió a suscitar ayer durante la presentación del proyecto, a la que asistieron una treintena de ganaderos y técnicos del sector. Así, el productor teldense José Marrero pidió que se investigue a fondo la procedencia de la cabaña autóctona y puso en duda "que todas las cabras de esta isla sean majoreras".

En respuesta, el técnico Lizardo Monzón señaló que esa es la discusión que se pretende aclarar con este estudio, pero opinó que "da igual el nombre de la raza". Lo importante, a su juicio, es apoyar la ganadería caprina y establecer el libro genealógico, tal como existe en otras regiones españolas.

Diversificar

Bravo de Laguna dijo que el gobierno insular está convencido de la necesidad de diversificar la economía de la isla y no pensar únicamente en el turismo. "No hay que olvidar a sectores tradicionales como la ganadería y esta es una muestra, modesta, desde el Cabildo", señaló el presidente, quien apuntó que la difusión y venta de los productos se puede mejorar y no solo en el exterior, sino entre la propia población de Gran Canaria. "Podemos conseguir un beneficio no solo económico, sino también social y ecológico, esa es una riqueza que no se puede calcular en dinero", agregó.

También resaltó que es poco frecuente que un Cabildo otorgue una subvención a una entidad de otra isla, como es el caso de la Federación Nacional de Criadores de Raza Majorera, radicada en Fuerteventura y con socios en casi todo el Archipiélago.