| A motor. Después de la Conquista las islas se llenaron de molinos, de viento, de agua e incluso de tracción animal, estos últimos en Lanzarote y Fuerteventura. Con la llegada del siglo XX se motorizaron muchos de ellos, que paradójicamente, se convirtieron en las primeras centrales eléctricas de las islas.

| Maquila. Durante el día se realizaba la molienda, mayormente a maquila, en la que el cliente llegaba con el grano ya tostado y el molinero se quedaba con una parte pactada, y por la noche, una vez terminada la faena, el motor se enganchaba a los primeros bombillos del pueblo hasta la hora de dormir.