La Aldea volvió a sacar sus voladores para anunciar un nuevo paso en la conquista de la ansiada carretera. Si el pleito del agua marcó un hito, la nueva demanda de los vecinos pasa por esta nueva vía, que deberá jubilar la actual del año 1935, que se ha convertido en una ratonera llena de peligros y ocasionales cierres.

El 2 de noviembre de 2009 pasó a los anales de La Aldea como la fecha en la que llegaron las primeras máquinas. Y el 4 de mayo como la fecha en la que una de las bocas del túnel ha visto la luz a ambos lados.

Y lo hizo con amplio despliegue de altos cargos de las Administraciones. Junto al presidente canario Paulino Rivero se encontraban su consejero de Obras Públicas, Domingo Berriel; la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento; el consejero de Obras Públicas, Carlos Sánchez, del Cabildo de Gran Canaria; y el alcalde de La Aldea, José Miguel Rodríguez; además de concejales y directivos de las empresas adjudicatarias.

El túnel de más de tres kilómetros es parte de una vía de 10,15 kilómetros, y cuenta con dos tubos unidireccionales, cada uno de dos carriles. Ambos están interconectados por siete galerías emplazadas estratégicamente cada de 400 metros, usadas como vías de evacuación para posibles accidentes en el interior.

La carretera tendrá dos viaductos, el primero en el Barranco de La Aldea de 104,15 metros y, el segundo, en el Barranco de La Arena, de 118,7 metros. Así como tres conexiones a la carretera actual, tanto en la intersección de San Nicolás (al inicio de la obra), en Andén Verde y Güi Güi (al final).

Otro de los aspectos a destacar son las medidas correctoras para reducir el impacto ambiental, que incluye la plantación de 228.000 metros cuadrados de arbustos, ajardinamientos de isletas y taludes así como muros de piedra para su integración en este entorno protegido.

La obra está ejecutada por la UTE formada por OHL-FCC-Félix Santiago y Hnos. García Álamo.