La Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Telde retoma este lunes los contactos con los propietarios de unos terrenos próximos a la playa de Ojos de Garza para poder llevar a cabo el proyecto de reconstrucción del caserío, sobre el cual pende la amenaza de la piqueta.

El consistorio teldense se ha dispuesto a coger el toro por los cuernos y ha citado a los herederos de Juliano Bonny para intentar llegar a un acuerdo que permita al consistorio obtener la franja de terreno necesaria para reconstruir las 144 viviendas que a día de hoy forman este núcleo costero. En principio, 55 de estas moradas ocupan suelo de dominio público marítimo terrestre, y sobre 21 de ellas ya penden órdenes de demolición. Como colofón a todo ello, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias ya ha dictado unas 15 sentencias en las que viene a avalar las resoluciones emitidas por la Demarcación de Costas en Canarias tendentes a viabilizar la demolición de los hogares.

Los vecinos cumplen ya cuatro intensos años de lucha para evitar la desaparición física de estas moradas, que acumulan varias décadas de historia a sus espaldas. En un primer momento, los residentes afectados trataron de convencer a la administración regional para conseguir una amnistía, después se afanaron en conseguir que el Gobierno de Canarias les concediese la calificación de núcleo pintoresco para esquivar a la piqueta y ahora, tras las sucesivas batallas que están perdiendo en los juzgados, han negociado en Madrid la concesión de una prórroga de doce años para que tengan tiempo de sobra para dejar expedita la playa y levantar sus moradas, esta vez con forma de dúplex, al menos 70 metros tierra adentro, con lo que quedarían fuera de la línea de dominio público marítimo terrestre.

De momento, desde el Ministerio de Medio Ambiente no les han dado el visto bueno.