Las famosas verbenas del lechón que alcanzaron notable éxito en Santa Brígida en la década de los 70, en pleno tardofranquismo, vuelven a la villa con las fiestas de San Antonio de Padua. Hoy, a partir de las 22.00 horas, se celebra la verbena del lechón en la cancha del colegio Juan del Río Ayala, que será amenizada por Los Peques de Gran Canaria y Los Concejales de Tenerife. La entrada, que cuesta cinco euros, se adquiere en las asociaciones de vecinos y colectivos deportivos, que obtendrán dinero para sus arcas. El aforo está limitado a 1.500 personas y el tique dará derecho a la consumición de chuleta, papas arrugadas, refrescos y un número para el sorteo de tres lechones.

La comisión de fiestas rescata uno de los símbolos de Santa Brígida, cuyo inicio data del 10 de agosto de 1974. La idea partió del conocido empresario satauteño Gonzalo Medina, que entonces era presidente de la Sociedad Deportiva Santa Brígida y del Real Casino. Como recuerda el cronista oficial de la villa, Pedro Socorro, la idea se materializó "como una forma de financiar al equipo de fútbol".

Gonzalo Medina señaló que "nunca creímos que aquellas verbenas del lechón habrían tenido el éxito rotundo que tuvieron. Nosotros queríamos recaudar un dinero para vallar el campo de fútbol, remodelarlo e instalarle gradas. En la directiva del equipo se nos ocurrió rifar un lechón y la cosa funcionó porque la verbena se hizo muy famosa y venía gente de toda la Isla".

"No importaba en qué parte de la Isla residiera uno ni cómo llegar esa noche hasta Santa Brígida, pero cuando se anunciaba la Verbena del Lechón, la cabra siempre tiraba al monte. Había ganas de pasarlo bien después de tantos años de represión y así fue como aquellas verbenas pasaron a ser pasión generacional de la juventud satauteña y el fenómeno de moda de la década de los setenta", añade Socorro Santana.

El cronista cuenta que los organizadores querían recuperar una tradición que parecía perdida: "La alegría de la diversión de la verbena al aire libre y la plenitud del espacio, pero al mismo tiempo trataron de buscar algo distinto y llamativo. Por eso decidieron rifar un lechón entre los asistentes del carnicero Atilio Martín".

Después de un cuarto de siglo sin hacerse, Medina Ramos cree que el Ayuntamiento ha rescatado la verbena del lechón como denominación de origen "porque los tiempos que corren no son buenos económicamente y con esta crisis las instituciones son las primeras que idean lo que sea para recaudar más".

El empresario satauteño se lamenta de que "no hayamos conservado las primeras fotos que nos hicimos incluso con los cantantes y grupos de fama internacional que vinieron a Santa Brígida, como Los Panchos, Rocío Dúrcal o Manolo Escobar. Fue una pena, pero es que no buscábamos el protagonismo. Simplemente nos limitamos a materializar una idea que al poco tiempo se demostró fantástica".

Aunque Gonzalo Medina fue el alma mater de la idea, tampoco hay que olvidarse de otros pioneros como Arturo Rodríguez Espino, Santiago López, Manolo Ojeda el Chapa, Juan Río el Carnicero, Jacobo González, Gonzalo García, Pepito Guerra, Pepe Arencibia, Guillermo Mendoza o Santiago Rodríguez de la Coba, a los que hay que añadir vecinos de La Atalaya.

Las entradas costaban 150 pesetas a los hombres y las mujeres entraban gratis. Había barra libre, bebidas y chuletadas. A la primera verbena asistieron 2.500 personas. El primer solista canario fue Tony Rubiales, pero la apoteosis llegó con José Vélez. En un año se celebraron 20 verbenas con 70.000 personas. En el evento cantaron Ángela Carrasco, Rocío Dúrcal, Manolo Escobar, Karina, Los Panchos o José Luis Perales. Ahora vuelve a hacerse un sitio en las fiestas patronales.