Esto es otra cosa, amigo. Así da gusto venir aquí". A Samuel Ramírez no le costaba nada ayer reconocer que la espera por el lifting practicado en estos dos años al polideportivo Paco Artiles -donde se halla la única piscina municipal de Telde- ha valido la pena.

La infraestructura volvió a reabrir sus puertas este lunes para una auténtica marabunta humana. Según los datos de Lude Servicios, la empresa que se encarga de su explotación, hasta la una de la tarde de este martes se contabilizaban 2.952 personas con ficha abierta, de los que 782 ya se habían abonado, 1.520 eran cursillistas y otras 650 se encontraban en lista de espera. La concesionaria está dando tiempo estos días a los antiguos usuarios para que renueven su abono, pero pasadas tres semanas dará cabida a nuevos clientes. En general, la infraestructura y la empresa que la está dirigiendo no han dejado de recibir parabienes desde hace dos días, "cuando a las 6.20 de la mañana ya teníamos gente haciendo cola para estrenar las salas y la piscina sólo media hora después", cuenta José Calero, director del complejo.

En la sala de musculación se han habilitado aparatos y puestos para 60 personas, mientras que en la de cardio, con maquinaria de última generación, las plazas eran otras 45 frente a las 50 acondicionadas en la sala de ciclismo indoor, una de las joyas de la corona que se utiliza sólo cuando hay clases.

Uno de los males endémicos del recinto, las filtraciones en su techo, ya forman parte de la historia. Medio centenar de operarios trabajaron a destajo durante el fin de semana para acabar el remozamiento del Paco Artiles apenas seis horas antes del corte de cinta y tijera. La techumbre ha sido cambiada y sellada y la imagen de ver cómo el cerramiento del inmueble se convertía en toda una cascada sólo permanece en la memoria de los veteranos del lugar.

Las colas, por otra parte, continuaban ayer en la zona de una recepción totalmente renovada, y que viene a ser complementada por un servicio de ludoteca para los más pequeños.

Entre las mejoras presentadas al concurso público por Lude, -la compañía que dirige Francisco Guerra como administrador único- se encuentra la conversión del antiguo terrero de lucha en una nueva piscina con forma de cruz que será utilizada por bebés, embarazadas y niños.

Esta actuación, de características únicas en la isla, podría ser una realidad antes de fin de año. De momento, la piscina abierta es para muchos agua bendita.