Como si de la antigua Roma se tratase, el municipio de Telde se vio ayer metafóricamente envuelto en llamas por obra y gracia de las hogueras de San Juan. Más de un centenar de grandes y medianas dimensiones desbordaron de luz y calor los 102 kilómetros cuadrados de la localidad en una noche mágica, desarrollada al socaire de las viejas tradiciones. Junto al encendido de los fuegos, los teldenses y el resto de grancanarios que se acercaron hasta la tierra de los faycanes también pudieron disfrutar de una animada velada nocturna sobre la arena de la playa de Melenara, barrio donde se celebró el espectáculo de Los mechones, todo un derroche de imaginación y fantasía con el que se revive una vieja costumbre de los marineros del lugar, la de utilizar unos mechones en el desarrollo de su actividad tradicional. Un pasacalle con teatro de calle incluido, charangas, zancudos, escupefuegos y una batucada recorrieron el paseo marítimo situado entre Salinetas y la playa de Melenara como sabio aperitivo de la magna concentración de vecinos que un par de horas después se produciría sobre la arena de la cala más preciada de Telde. El Ayuntamiento prohibió hace años la celebración de asaderos en ella, pero esto no fue óbice para que muchísimas personas se animasen a compartir una madrugada de 'picoteo' y se diesen un baño purificador junto a la maltrecha estatua de Neptuno.

Los fuegos artificiales pusieron el colofón a una noche en la que se festejaba la edición número 19 de Los mechones y que contó con el respaldo del Ayuntamiento al proceder a la apertura del balneario de la citada localidad costera entre las 18.00 y las 00.00 horas.

Además del litoral, la zona interior del municipio también vivió una jornada ajetreada. Todo arrancó bien temprano, cuando a eso de las once se inauguró en la plaza de San Juan una nueva edición de la feria de artesanía.

En esta ocasión fueron 35 los puesteros que se animaron a traer sus mejores productos a los pies de la basílica, donde la imagen de San Juan recibió una gran afluencia de devotos. En las lonas habilitadas en torno al espacio de ocio se pudieron ojear desde los libros de Carmen Méndez, el ganchillo de Magdalena Sosa y el cuero de Dunia Esther García hasta los balcones canarios de Luis Medina Peña, la cerámica de María Nieves Mendoza Gil, la artesanía en madera de Agustín Santana o la alfarería y el punto de cruz de Beatriz Tejera.

El evento se inició de forma muy tímida, con una escasa presencia de público antes de las 13.00 horas, pero con el paso del día fue concitando la atención de un mayor número de personas. Hoy, para quienes se hayan quedado atrás, habrá una nueva oportunidad para visitar esta recova entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche.

En cuanto a las hogueras en sí, la Concejalía de Seguridad había logrado censar para un mayor control de las fogatas un total de 38 'fumarolas', aunque las espontáneas de cierto empaque dispararon su número final por encima de las cien. Estuvieron repartidas prácticamente por todos los barrios, aunque la que más halagos recibió fue la preparada por el Ayuntamiento a los pies de los Siete Puentes.

Su encendido oficial tuvo lugar a las 22.20 horas por el concejal de Ocio, Daniel Martín, quien vio cómo ardía irremisiblemente una inmensa pira compuesta por cinco toneladas de madera y que aún se pasará parte de la semana que mañana arranca echando humo. A medianoche, las llamas se vieron acompañadas por el tronar de los fuegos artificiales, que este año han costado 6.000 euros debido a los rigores de la crisis económica.