El Ayuntamiento de Gáldar ha llevado a cabo una reforma en el Mercado Municipal, donde se ha procedido al pintado y mejora del histórico edificio, con el fin de adecentarlo, algo que muchos de los puesteros venían demandando. El recinto, que es también conocido como la recova, conserva aún en la entrada y la puerta principal las rejas de hierro originales, y es uno de los edificios más atractivos del casco antiguo galdense.

"Esto antes era un almacén de plátanos, y en 1945 se convirtió en un mercado", recuerda Carmen Perdomo, la más antigua de todos los puesteros, que acumula 57 años de experiencia en su pescadería. "La reforma", señala Perdomo, "me parece bien, ahora está todo muy limpio y además arreglaron la cámara frigorífica, que ya era necesario".

Curiosamente, justo en el puesto de enfrente se encuentra la vendedora más reciente, Vanesa Suárez, quien solo lleva seis meses. "La obra me parece estupenda, aunque debería conocerla todo el mundo, porque hay muchas personas mayores que vienen habitualmente, pero la juventud debería acostumbrarse a pasar por aquí y disfrutar de la mercancía fresca".

Miguel Ángel Almeida, al frente de su negocio de verduras, también está satisfecho con el alicatado: "El mercado se ha quedado otra vez guapo, mejoraron las cámaras, todo está bien pintado, la iluminación está un poco mejor..."

Lo cierto es que las sensaciones con respecto a la renovación que ha experimentado el establecimiento son muy positivas entre los profesionales, aunque algunos no están del todo complacidos, como Elsa Ojeda, quien entiende que "esto no es una reforma, porque pintar no es reformar, y aún estamos locos por que nos arreglen el techo. Tendrían que haberse hecho otras cosas, pero bueno".

El arreglo ha sido posible gracias a una subvención de la Consejería de Empleo, Industria y Comercio del Gobierno autonómico por un importe de 15.000 euros. Con esta partida fue instalado también, en el exterior, un reloj situado en la parte alta del edificio y que funciona con un sistema GPS que garantiza los cambios de hora.

Sin embargo, la propia Ojeda señala, entre risas, que "el reloj va a dar trabajo a los fisioterapeutas, porque más arriba no lo podían poner, y está mal posicionado, porque la persona que no sabe que está ahí no va a estar mirando al cielo".

Para contrastar el dato, Benito Garalut, asiduo cliente de la recova, reconoce: "Ni me había fijado porque vengo por la acera y en- tro sin enterarme, y es verdad que no se me había ocurrido mirar hacia arriba".

A Garalut, vecino del Valle de Agaete, le parece que este punto de encuentro "es un lugar amable en el que estás en familia, no sientes la frialdad de los supermercados, sino que aquí hasta conoces el nombre de las personas que te atienden y además los productos son frescos y muy buenos".

Otra habitual compradora, Mari Nieves Suárez, de Gáldar, considera que "en comparación con otros mercados este es pequeño, pero está bien surtido y la calidad del producto es buena".