Cinco mil euros. Ese es el dinero que en concepto de indemnización recibirán Juan Guedes y Fabiola Suárez tras el espectacular accidente de tráfico sufrido en 2011 por esta última a bordo de su sólido todoterreno y con un imponente caballo purasangre que se le vino literalmente encima. El suceso, que tuvo lugar en la carretera que une Ingenio y La Pasadilla, acabó ayer en los juzgados de Telde de una manera inimaginable: con las dos partes pactando en el pasillo de la segunda planta la compensación a recibir por el matrimonio tras el susto y daño vividos.

El acuerdo se produjo tras una suerte de regateo e idas y venidas de sendos abogados mientras en las dependencias, minutos antes de que arrancase el juicio previsto, esperaban una retahíla de testigos entre los que no faltaban ni el mecánico del taller que le tuvo que echar mano al Nissan Patrol que pilotaba Fabiola ni los agentes de la Guardia Civil de Tráfico que se encargaron de instruir el atestado aquel día.

Los hechos, que se saldaron con la muerte instantánea del equino, tuvieron lugar el 15 de enero de 2011. Fabiola conducía su vehículo con sus dos hijos menores a bordo cuando al salir de una curva se cruzó con un primer caballo al galope y decidió reducir la velocidad. Un segundo caballo, que había invadido su carril y se aproximaba como alma que lleva el diablo, terminó impactando con su capó. El jinete salió despedido por los aires y se hirió con pequeños cortes y magulladuras, Fabiola se llevó a casa un esguince en un hombro y 20 días de convalecencia, y el animal no pudo sobrevivir a la colisión al sufrir un corte profundo en el cuello por el que se desangró en pocos minutos pese a la rapidez con la que llegaron los agentes de la Policía Local de Ingenio, una ambulancia del SUC y hasta un veterinario que solo pudo certificar su fallecimiento. Para colmo de males, el caballo no estaba asegurado.

Ayer, Juan y los representantes de Artemi, el dueño del caballo, se dieron la mano y cerraron el pleito. El purasangre perdió la vida y el Nissan Patrol ha estado más de un año en un depósito, pendiente de reparación. Con todo, a Guedes le interesaba recalcar el acuerdo. Eso a pesar de que tuvo que recurrir a otro abogado a última hora en vista de la "orfandad" en la que lo sumió su compañía aseguradora.