El Cabildo y el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana coinciden en la necesidad de que el emblemático Molino de Los Cazorla, en Fataga, sea restaurado. El estado de deterioro que presentan ahora algunas de las cinco pilastras que sirven de apoyo a su acueducto hacen peligrar esta infraestructura rural que está declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento desde 1995.

La restauración de este molino, que estuvo funcionando para la producción de gofio hasta 1960, cuenta desde el pasado agosto con el beneplácito del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, en cuyo vigente Plan General de Ordenación figura como elemento de ingeniería agrícola a proteger por su singularidad. También está inventariado por la Fedac como bien etnográfico.

En los últimos 50 años el conjunto del molino no ha recibido ninguna obra de mantenimiento o reparación. Según el estudio de actuación de la arquitecta Guacimara Delgado Quintana, el mismo presenta en estos momentos un deterioro visible en varias de las cinco pilastras que soportan su acequia-acueducto.

Las pilastras afectadas, constituidas por sillares de poco espesor con juntas de mortero de cal y piedras en su exterior, y de mortero de barro y piedras más pequeñas en su interior, se han deteriorado y agrietado por las afecciones meteorológicas y el paso del tiempo.

La actuación de restauración que ahora promueve el Cabildo de Gran Canaria a través de Cultura cuenta con un presupuesto de 45.516 euros.