"Mi trabajo determina mi estilo de vida". 4.30 horas de la mañana y, como cada lunes, suena el despertador de José María Muñoz Franco, quien ha de coger el primer vuelo que sale de Austin, en el estado norteamericano de Texas, con destino a Nashville ( Tennessee). Un trayecto "en la guagua con alas" que se queda corto en comparación al que tuvo que hacer allá por 2008 cuando salió de Telde, su ciudad natal, para formarse en "el país de las grandes oportunidades".

"No es casualidad", asegura. Y es que el joven ingeniero se agarró fuerte a la coyuntura que le daba la vida y ahora trabaja en el Departamento del Tesoro del estado de la región sureña de Estados Unidos.

"Necesité unos años más para afianzar conocimientos" tras finalizar el Máster en gestión de la tecnología en San Antonio (Texas). La ocasión le llegó de la mano de la empresa de Deloitte Consulting, con la que el teldense trabaja para automatizar la forma de gestión de pensiones junto a un equipo que ronda las 40 personas. "Se ha creado un fondo común en el que hay miles de trabajadores entre los que se encuentran los profesores, los bomberos o la policía, entre otros. Gracias a nuestro sistema tanto pensionistas como personal activo y empleadores pueden acceder a una serie de servicios online", explica con detalle.

Él, que estudió la ingeniería técnica de diseño industrial en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, se encarga de diseñar el sistema a través de reuniones con el cliente para ver de qué manera pueden adaptar a sus necesidades la tecnología con la que en Deloitte Consulting trabajan. "Mi trabajo allí es, por decirlo de alguna manera, lo más visible, ya que diseño el portal para usuarios activos que continúan contribuyendo. Oferta una serie de servicios entre los que se encuentran opciones como la de hacer tus propias estimaciones para saber cuál es la fecha más pronta a la que pueden retirarse, por ejemplo. Y, además, me he encargado también de trabajar en la forma en la que aquellos que forman parte de este fondo puedan calcular sus pensiones", apostilla entre risas mientras traduce mentalmente unos términos que según asegura no conocía en español.

Pero la patria siempre tira. Además de a su familia, novia y amigos, el joven de 32 años echa de menos el carácter "dicharachero" de sus paisanos canarios. "Las relaciones allí son diferentes", asegura, a pesar de que para él la mayor dificultad está en el trato con el cliente de su producto, ya que "hay que lidiar con todo tipo de miedos y recelos por su parte".

No obstante, el trabajo de este "analista de sistemas" está sometido a una constante revisión por una empresa externa que realiza auditorías diarias. "Allí existe un control feroz en lo que a justificación y trabajo se refiere. Son muy conscientes de la importancia de darles un buen uso a los fondos públicos", añade Muñoz quien, a pesar de este matiz, no encuentra grandes diferencias entre el sistema español y el estadounidense.

Pero las diferencias y dificultades quedan aparte. Pasa de lunes a viernes entre hoteles y restaurantes y apenas puede permitirse visitar a la familia una vez al año, pero el sacrificio merece la pena siempre y cuando uno va "a la caza de lo que quiere" y la suya es una excelente oportunidad de hacer lo que le gusta, la emprendeduría y la innovación empresarial, en un lugar donde siempre tuvo "puesta la mirada. Creo que la cultura americana está más abierta a lo que son las nuevas ideas", detalla. No obstante, José María Muñoz lo tiene claro: volverá. Volverá a Canarias para "aplicar" y poner en práctica todo aquello que ha aprendido y que seguirá aprendiendo estos años lejos del hogar.

De momento, en vacaciones vuela de San Juan a Tennessee.