Iberia dejó en tierra sin dinero ni teléfono toda una tarde y una noche en el aeropuerto de Madrid-Barajas a un menor de edad de Guía por la negativa del personal a aceptar una copia del certificado de residencia, pese a que había volado con ellos en la ida, ya que el original se le perdió durante sus vacaciones en la Península. La compañía aérea se negó a admitir el documento remitido por fax desde el cuartel de la Guardia Civil de Guía y la mediación de una agente de Barajas, y hasta la comunicación enviada por vía interna del personal del aeropuerto en Gran Canaria. Su madre, Plácida Rodríguez, tuvo que comprar un billete de otra aerolínea para que el joven regresara a la Isla al día siguiente. En esa ocasión, la nueva aerolínea no puso impedimentos.

"Le ha pasado a mi hijo, pero esto le puede pasar a cualquiera". Plácida Rodríguez está indignada con la actitud de Iberia al dejar desamparado a un menor de 17 años sin motivos reales, según dice. En primer lugar, añade, porque había volado con ellos el 22 de diciembre y tenía el mismo billete de regreso para el día 7 de enero. En segundo lugar, porque se negó a aceptar una fotocopia remitida por fax, puesto que el original se le había perdido durante su estancia y era festivo. En tercer lugar, porque ni siquiera atendió a la mediación de una agente de la Guardia Civil de Barajas. En cuarto lugar, y lo que para ella es muy grave, ni siquiera se tuvo en cuenta que una persona de la compañía del aeropuerto de Gran Canaria se pusiera en contacto para remitirles ese mismo documento que avalaba que residía en Guía.

"¿Qué clase de compañía es esa que no se preocupa de un usuario, sobre todo si es menor, y lo deja solo y desamparado en un lugar como el aeropuerto de Madrid?", se pregunta.

Plácida Rodríguez no solo contó con la colaboración del puesto de la Guardia Civil de Guía, que remitió a Madrid una copia del certificado de residencia del pasajero, sino que la madre constata con papeles en la mano que acudió a Gando para tratar de resolver el entuerto, donde una empleada de Iberia remitió también por vía interna una copia del documento. Pese a todo, no obtuvo respuesta y el menor pasó desde las 16 horas del día 7 hasta las siete de la mañana del día 8 de enero en Barajas, sin dinero suficiente para comer, ni teléfono de contacto directo. Y, además, su padre ya había regresado a Zaragoza, cuando sucedieron todos los hechos.

De momento, la afectada ha presentado una reclamación en la Oficina de Consumo para reclamar una indemnización por la no prestación de asistencia y por el coste del casi 400 euros del billete de vuelta en otra aerolínea con el que pudo volver a Gran Canaria. Y, a su vez, no descarta acudir a los tribunales porque considera que los derechos del menor se han visto vulnerados.