El abogado de Iván Ramírez Aguilar insiste en que se practique otra prueba para tratar de demostrar la inocencia de su cliente en el caso Talio. El letrado intenta acreditar que Ramírez no envenenó a su esposa mediante una combinación de medicamentos, sino que Laura Aróstegui murió por glucogenosis, una enfermedad de origen genético relacionada con la acumulación de glucógeno. Ambos trabajaban como enfermeros en los dos hospitales públicos de Gran Canaria.

La juez que instruye la causa en Telde, Virginia Peña, ha denegado la práctica de esa pericial genética, pues los análisis realizados por el Instituto Nacional de Toxicología descartan esa patología. La juez también ha rechazado entregar las vísceras de Laura a la defensa, entre otros motivos porque eso supondría vulnerar la cadena de custodia sobre las pruebas. Sin embargo, el abogado recurrió ayer esa decisión ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas.

Ramírez Aguilar está en prisión provisional desde julio de 2010 y se enfrenta a 25 años de cárcel por un delito de asesinato. La fiscal delegada de Violencia de Género, Beatriz Sánchez, sostiene que el procesado acabó con la vida de su pareja mediante una supuesta combinación de medicamentos suministrada poco a poco, entre los cuales había insulina, varios barbitúricos y restos de talio. Tanto la Fiscalía como la acusación particular se oponen a la práctica de la prueba solicitada, pues, en líneas generales, la consideran innecesaria tras los resultados de Toxicología.

La instrucción del caso Talio está cerrada. El personal del juzgado se encuentra en estos fomentos fotocopiando todo el sumario para remitirlo a la Audiencia. El juicio se celebrará mediante el sistema del jurado popular en fecha por señalar.