El barrio de la playa de Ojos de Garza dio ayer un paso casi definitivo para garantizar su salvación, aunque ello supondrá su demolición y posterior reconstrucción unos metros tierra adentro. En los próximos meses, los vecinos se convertirán en los dueños de una parcela de 23.675 metros cuadrados que el empresario hortofrutícola Juliano Bonny posee en la trasera del lugar en el que hoy se alzan las 144 casas que conforman el caserío, con muchas de ellas ocupando suelo público y 21 condenadas a la piqueta tras los derribo dictadas por la Demarcación de Costas.

Allí podrán levantar sus nuevos hogares, dispuestos en ocho manzanas curvas en las que podrán edificar sus nuevas viviendas y siempre costeándolas con fondos propios (se habla de 65.000 euros por piso). Su tipología será uniforme, con dúplex de dos plantas.

Como compensación de todo ello, el área de Urbanismo ha accedido a recalificarle al promotor como urbana una parcela anexa de 21.190 metros en la que hasta ahora no se podía prácticamente otra cosa más que plantar tomates.

El acuerdo alcanzado, cuyo convenio deberá ser ahora refrendado en el pleno y tiene que seguir una ´hoja de ruta´ en las administraciones por espacio de un año, fue aplaudido ayer por los beneficiarios con una sonora traca de voladores en la playa, lugar al que acudieron la alcaldesa María del Carmen Castellano; el concejal de Urbanismo, Francisco López; y el presidente de la asociación de vecinos, Juan Pedro Pérez Medina. Todos no pudieron hacer otra cosa más que destacar las bondades del mencionado proyecto.

La aprobación de la revisión del Plan General de Telde dejará el camino libre, ya en 2014, a todo el proceso. Hasta tanto llega ese momento, el Ayuntamiento se afanará ahora en conseguir que el Estado, a través de la Dirección General de Costas, les dé tiempo y no pida la ejecución de las sentencias que ordenan las demoliciones.

Las 144 casas desaparecerán para ser reconstruidas con otra tipología, siendo el primer caso de reconstrucción integral por la Ley de Costas que se da en España. El coste de la nueva urbanización -aceras, alumbrado y redes de servicio- será asumido por Bonny -que destinará a este fin el dinero que por el aprovechamiento de la parcela recalificada le correspondería abonar al Ayuntamiento- y los residentes, que se constituirán en una cooperativa y edificarán sus hogares en solares de 50 metros mediante la creación de un consejo rector con el consistorio.