La deuda financiera de los 34 ayuntamientos de la provincia de Las Palmas a 31 de diciembre de 2012 alcanzó los 543 millones de euros, lo que supone una media de 493,7 euros por cada habitante, 110 euros más que el año anterior. A finales de 2011 era de 422 millones y el reparto medio por persona era de 383,8 euros. El endeudamiento con los bancos no solo crece más de un 20%, sino que se reparte de forma muy desigual entre las haciendas locales, de modo que en municipios como Telde se dispara hasta los 1.242 euros per cápita y en otros como Artenara, Tejeda o Valleseco no existe ninguna obligación de pago.

Los datos que ha publicado el Ministerio de Hacienda reflejan un mayor endeudamiento de las haciendas locales por la crisis económica y por la obligatoriedad de pagar las facturas pendientes de años anteriores, pero también dejan al descubierto la mala gestión de algunos gobiernos municipales en los últimos años, con deudas que impiden ahora realizar cualquier actuación e hipotecan el futuro de los ayuntamientos por muchos años.

En Gran Canaria, la deuda municipal oscila entre los 125,8 millones de euros de Telde y los 152.000 euros de la Vega de San Mateo, sin que exista un patrón fijo que justifique las abismales diferencias entre unos y otros, como pudiera ser la población, la situación territorial, la incidencia del turismo o el color político de los alcaldes. La solvencia financiera de Artenara, Tejeda y Valleseco haría pensar que los ayuntamientos pequeños son los menos propensos a endeudarse, pero Valsequillo o Firgas rompen esa regla. Es más, el municipio menos poblado de la provincia de Las Palmas, el majorero de Betancuria, tiene la deuda per cápita de más elevada del Archipiélago y probablemente una de las más altas de toda España. Si se repartieran los 2,4 millones de euros que debe el Consistorio los bancos entre sus 805 habitantes, cada vecino tendría que pagar 3.024 euros.

Irresponsabilidad

"Eso no es solo mala gestión, eso es una irresponsabilidad", coinciden dos de los ediles consultados. El secreto para eludir el endeudamiento es controlar los gastos, los corrientes y los de personal, y adecuar las inversiones a la capacidad de ingresos, pero pocos ayuntamientos han seguido esas dos reglas básicas.

"En el control de la deuda no hay más secreto que llevar una gestión eficaz y muy directa de cada uno de los servicios y prestar atención para que ningún gasto sea desorbitado", apunta Dámaso Arencibia, alcalde de Valleseco, uno de los tres municipios del selecto grupo que no tiene cargas bancarias. A su juicio, los pequeños pueden tener alguna ventaja sobre las grandes ciudades o las localidades turísticas, pero "no por ello dejan de prestar los mismos servicios, e incluso mejores".

Arencibia pone a Valleseco como ejemplo, "una especie de país de las maravillas" donde existe residencia de mayores, guardería pública para 23 familias a precios muy competitivos, un auditorio e instalaciones deportivas de primer nivel. "No queremos endeudar al Ayuntamiento porque no es necesario, resalta el regidor cumbrero, quien opina que uno de los factores del alto endeudamiento es que "se emprenden grandes inversiones para rentabilizarlas políticamente y se olvidan servicios básicos que no venden tanto, como tener un buen abasto de agua o recogida de basura".

Telde y Gáldar

En este último caso se encuentra Telde, con el dudoso honor de tener una deuda viva de 125,8 millones de euros, la mayor de toda la provincia, 1,7 millones más que Las Palmas de Gran Canaria. En el índice per cápita supera en 436 euros al segundo, Gáldar. Darío López, director de gobierno de Hacienda del consistorio teldense, explica que "en los últimos años se gastó por encima de los ingresos y al final no ha quedado más remedio de recurrir a la deuda financiera para pagar a los proveedores", lo que además deja poco margen de maniobra para prestar los servicios municipales.

Algo similar ocurre en Gáldar, aunque la situación no es crítica, asegura el alcalde Teodoro Sosa. La deuda financiera asciende a 19,6 millones de euros. "Básicamente se ha incrementado por el crédito ICO para el pago a proveedores, pues nos encontramos muchas facturas del mandato 2003-2007, por valor de unos 5 millones, que no estaban ni siquiera reconocidas", señala Sosa, quien añade de las cifras del Ministerio le reafirman en que las drásticas medidas que tuvo que tomar hace dos años.

Antonio Morales, alcalde de Agüimes, un municipio a mitad de tabla en la deuda per cápita, comenta que los 8,7 millones no generan ningún problema. "Es una operación hecha a conciencia para tener equipamientos sociales, ahora mismo por encima del nivel medio de Canarias". "Es como la familia que necesita un coche nuevo y solo compra el que puede pagar con sus ingresos", añade.