Ha llegado al ecuador de su mandato con más sombras de las previstas, como la paralización de los grandes proyectos de la isla -la central hidroeléctrica de Chira-Soria, la regasificadora o la ampliación del aeropuerto-, a lo que se suma la ruptura del pacto de gobierno, el transfuguismo, el cese de la vicepresidenta Rosa Rodríguez, cambios de consejeros y un creciente enfrentamiento con el Gobierno de Canarias. ¿Insiste en que el balance es positivo?

Sí. Es un balance positivo porque muchas de esas cosas no son imputables a mi gestión como presidente. El tema Chira-Soria no depende del Cabildo, es una falta de entendimiento entre el Ministerio de Industria y Endesa, dentro del conflicto sobre la política eléctrica y tarifaria nacional. El retraso en la segunda pista de Gando no es responsabilidad nuestra, como tampoco la reubicación de los vecinos de Ojos de Garza. Hay asuntos en los que se atribuye al Cabildo una inacción que no es imputable a nosotros. Por contra, si analizamos la gestión y la dinamización de Gran Canaria en estos dos años, el balance es positivo. La isla ha recobrado un protagonismo que no tenía en los medios de comunicación y en la sociedad grancanaria, eso está clarísimo.

¿En qué lo ha notado?

En que el Cabildo es la única administración que está realizando inversiones en Gran Canaria y es la institución que ha enarbolado la defensa de la isla. No considero que el enfrentamiento con el Gobierno de Canarias sea un dato negativo. Al contrario, pues está basado en datos objetivos, no en caprichos personales ni en planteamientos partidistas. Gran Canaria no está siendo bien tratada por el Gobierno de Canarias y en mi programa electoral ya decía que si la isla era marginada en los presupuestos de la Comunidad Autónoma, así lo denunciaría. Lo vengo haciendo desde hace dos años, en las ferias de turismo, en las inversiones en puertos, en el incumplimiento de la Ley de Sedes. Últimamente se han agravado las cosas por los errores en los censos de Tenerife y por la nueva ley turística, en la que el modelo hotelero de Gran Canaria ha sido marginado. Es la primera vez en treinta años que se aprueba una ley canaria contra el criterio mayoritario de una isla. Yo respeto a todas las islas, y todas son muy importantes, pero Gran Canaria representa al 40% de la población del Archipiélago y, como mínimo, el 50% de los ingresos de la región, porque tampoco me quieren dar ese dato.

Pero le acusan de reavivar el pleito insular.

Yo lo único que he planteado es que el Gobierno autónomo se siente con nosotros y nos justifique el porqué, a su juicio, Gran Canaria no está siendo maltratada. Yo sí creo que esta isla está siendo marginada. Aquí hay un proyecto político, desde hace muchos años, para convertir a Tenerife en la isla principal del Archipiélago y creo que Gran Canaria ha renunciado en muchas ocasiones a la defensa de su posición. Es hora de que los grancanarios digamos “hasta aquí hemos llegado”. Estamos en nuestro perfecto derecho a hacerlo. Puede que yo esté equivocado, pero que me lo demuestren. Son datos que pongo encima de la mesa, no con afán pleitista, sin para defender nuestra isla. Frente a este problema se pueden adoptar dos posiciones, la mía o la que adopta el PSOE y otros grupos que apoyan al Gobierno canario, que es decir yo miro para otro lado y no me meto en pleitos. Hacerse el mudo, como han hecho destacados dirigentes socialistas durante años. Se me pone como contrapeso que el Gobierno de España está maltratando al Archipiélago y sobre eso yo tengo que decir no maltrata a Gran Canaria. Lo que pasa es que ha tenido que aplicar una política de recortes impresionante como consecuencia de los gobiernos anteriores, que no querían decir que estábamos en crisis y gastaban mucho más de lo que podían. Incluso aunque pudiéramos compartir en algún tema concreto que el Gobierno de España no ha sido suficientemente sensible con Canarias, y por ejemplo yo he protestado por la disminución de las subvenciones a las plantas desalinizadoras o al transporte de mercancías, esos recortes no se han hecho solo contra Gran Canaria. Eso no justifica que el Gobierno de Canarias nos trate mal. La opinión pública de Gran Canaria, no por unanimidad, pero sí mayoritariamente, está un poco harta de que aquí haya un proyecto político amparado por el Gobierno de Canarias que trabaja por la supremacía de una isla contra otra isla. Eso sí que rompe Canarias y pone en peligro el Estatuto de Autonomía. Cuando defiendo a Gran Canaria defiendo también a la región, al equilibrio entre islas, la doble capitalidad, la alternancia y el contrapeso de poderes, que ahora no se está respetando.

¿Y qué otros logros destacaría de estos dos años?

Por supuesto, que el Cabildo se haya convertido por fin en el gobierno y en el defensor de la isla no sería suficiente. Yo destacaría la situación económico-financiera del Cabildo. Nos dicen que hemos encontrado unas arcas saneadas, pero relativamente. Yo he reequilibrado las cuentas y he reducido en más de 50 millones la deuda viva, que de todas maneras ya era la menor de todos los cabildos. Hoy se puede decir con legítimo orgullo que el Cabildo es el auténtico motor de la isla, nadie invierte tanto.

Paradójicamente, su gobierno sí está cumpliendo los plazos en el proyecto del tren, que no era una prioridad.

En el proyecto del tren hay que diferenciar dos fases. Lo que estamos cumpliendo es la programación de los proyectos. Los 25 millones que nos ha transferido el Estado los estamos ejecutando para tener la isla preparada, por si alguna vez se decide construir el tren en Mallorca, en Tenerife y en Gran Canaria. La segunda fase es la importante, pues se necesitan 1.500 millones y eso está por llegar.

Hace unos meses habló de buscar financiación privada para ese ferrocarril. ¿Se han hecho más gestiones?

No se ha movido mucho más porque tampoco el Ministerio de Hacienda tiene especial interés en que se incremente el endeudamiento. Creo que el tren es una idea positiva de futuro para Gran Canaria, pero no es un prioridad inmediata en 2013.

El turismo es el motor económico de la isla y han escaseado las buenas noticias en estos dos años. Baja el número de visitantes nacionales y se estanca el de extranjeros, la rehabilitación hotelera no arranca y el Cabildo está inmerso en varias batallas, por un lado con el Gobierno regional por la nueva Ley Turística y por otro con la patronal hotelera por la declaración del BIC del Oasis. ¿No es hora de dejar los enfrentamientos y sentarse a negociar, como le han pedido desde ambas partes?

Yo creo que sí hay noticias positivas en relación con el turismo. Por ejemplo, en su pregunta obvia que se han incrementado en un 6% los ingresos por turismo. Aunque en 2012 bajó un 2% la llegada de turistas con respecto al año anterior, hay que tener en cuenta que en 2011 vinieron más turistas pero a precios muy bajos, concertados durante la crisis económica brutal de 2009 y 2010. Los meses de este verano, que teóricamente son los de menos turistas, estamos casi con pleno de ocupación en los hoteles de cuatro y cinco estrellas. Y eso me permite contestar a la segunda parte de su pregunta. ¿Enfrentamiento con el Gobierno de Canarias? Yo no he buscado el enfrentamiento. Le he manifestado, como muchos sectores económicos y sociales de esta isla, que esa ley desconoce, ignora y menos precia al modelo de Gran Canaria. Aquí necesitamos crecer en plazas alojativas de cinco y cuatro estrellas. ¿Por qué se nos prohibe construir nuevos hoteles de cuatro estrellas? Pues yo lo digo de forma muy sencilla: para mantener la primacía de Tenerife, que tiene 16.000 plazas más que Gran Canaria en esa categoría hotelera.

La renovación del Oasis de Maspalomas va camino de los tribunales y las empresas afectadas auguran que no podrán mover una piedra, como mínimo, hasta dentro de tres o cuatro años. ¿Qué plazos maneja el Cabildo a la vista de las alegaciones del propio Ayuntamiento y de los contenciosos anunciados por Riu y la patronal turística?

Desde luego, si entramos en una fase de confrontación judicial pues será tres, cuatro o diez años, sabe Dios, porque estas cosas son imprevisibles y los tribunales de justicia españoles están dictando sentencias después de siete, ocho o diez años de presentado el contencioso. Yo espero y confío en que podamos entrar en una fase de negociación. Estamos intentando acelerar al máximo el Plan Especial de esa zona. Hemos declarado al Oasis como Sitio Histórico para preservar determinados lugares, pero hemos adoptado la solución que a nuestro juicio es la más correcta. Por un lado, no impedimos que se construya un nuevo establecimiento en el espacio que ocupa el antiguo hotel Oasis, otra cosa es que la propiedad lo haga. Y por otra parte, protegemos un espacio histórico y paisajístico que, junto al Roque Nublo, es uno de los pocos iconos que nos quedan en Gran Canaria. Para no alargarnos en contenciosos indefinidos, lo que tenemos que hacer es ponernos de acuerdo, que los propietarios presenten un proyecto que sea compatible con la preservación del espacio y conviertan esa zona en la joya de la corona de la oferta turística. Me alegra leer estos días que Riu continúa con su plan de modernización de sus instalaciones, me parece magnífico, pero en mi modesta opinión, lo que tiene que hacer en este caso es sacarle rendimiento al lugar y hacer un hotel de gran calidad en un entorno único.

En la renovación del Oasis se le acusa de beneficiar a una sola empresa turística, Lopesan. ¿Qué tiene que decir?

Pues también ha recurrido la declaración porque pretendía que el hotel no se moviese, que se mantuviera como un Bien de Interés Cultural (BIC). Y claro, lo hemos rechazado. En las decisiones administrativas siempre alguien puede resultar beneficiado o perjudicado, pero no lo hacemos en función de los intereses privados, que todos son legítimos. No he intentado beneficiar ni a Riu ni a Lopesan, sino a la isla de Gran Canaria para la posteridad.

Otra papa caliente de este mandato es la reforma del Estadio Insular. Ahí también le acusan de facilitar un pelotazo privado en vez de desarrollar el proyecto aprobado por el anterior gobierno y de pelearse con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para beneficiar a la empresa Borjana.

Pues no sé donde está el pelotazo privado. El Estadio Insular lleva diez años convirtiéndose en un estercolero, en un nido de ratas y de okupas, con todos mis respetos para las ratas y los okupas. ¿Qué me pueden criticar los grupos de oposición cuando durante los cuatro años que estuvieron gobernando permitieron que el estadio se deteriorara todavía más. Si hubiese querido dar un pelotazo he tardado bastante, pues también se me puede acusar de llevar dos años mareando la perdiz. Ahora estamos en negociaciones con el Ayuntamiento porque allí no se hará nada que contravenga el Plan General de la ciudad. No buscamos el enfrentamiento con nadie y menos con el Ayuntamiento. Acaso he hablado de pelotazo con el tema de la Cicer. No, el Ayuntamiento ha hecho el proyecto de acuerdo con sus normas. Aquí no hay pelotazo ni lo habrá. Sacamos un concurso para todo el que quiera presentarse.

Ha aprobado un cambio de organigrama que convierte al principal encausado en el caso eólico, Celso Perdomo, en inspector de servicios del Cabildo, con una subida de sueldo de más 4.000 euros cuando a la mayoría de los trabajadores se le recortan las retribuciones. ¿No había otros funcionarios para ocupar ese puesto, al menos hasta que se celebre ese juicio por corrupción política? ¿Cree que los ciudadanos entienden la decisión?

Primero, aquí no se ha recortado el sueldo a nadie, solo lo que nos han ordenado las normas a nivel nacional. Quiero recordar, porque aquí hay mucho progre de boquilla en la defensa de los derechos humanos y de la presunción de inocencia excepto cuando se trata de atacar a los adversarios políticos, que Celso Perdomo es una persona imputada por un tema que no tiene nada que ver con el Cabildo, pero es funcionario de la institución y ha estado durante el mandato anterior como jefe de sección y cobrando su sueldo. Como funcionario no inhabilitado tiene derecho a solicitar los ascensos o lo que le pueda corresponder. Se ha hecho una reordenación que afecta a 180 funcionarios y lo hemos hecho ahorrando dinero público. Don Celso Perdomo ha optado a una de las plazas de inspector y se le ha adjudicado provisionalmente. Una plaza que antes tenía en propiedad de jefe de sección ha pasado a ser de libre disposición con adscripción personal y que se sacará a concurso. Yo no puedo perseguir a un funcionario porque esté imputado.