En lo que va de año, la Policía Local de Telde habrá interceptado 20 ó 30 serpientes, la mayoría de ellas localizadas en el entorno de La Solana y el Valle de San Roque. Pero, hasta ahora, ninguna de ellas había generado tantos quebraderos de cabeza como los provocados por el escurridizo ejemplar del que tuvieron conocimiento los agentes durante la tarde noche de este lunes.

Una llamada a la centralita dio la voz de alarma. Un espécimen de considerables dimensiones, superior al metro y de patrón albino lineal, fue avistado en las inmediaciones de la calle Bécquer, ubicada en el núcleo costero de Playa del Hombre. Los agentes se personaron en el lugar de los hechos, interceptaron al ofidio y, siguiendo el protocolo de costumbre, lo trasladaron hasta el Ayuntamiento.

Allí, en las dependencias de la Policía, lo dejaron a buen recaudo, en un cubo con unas ramas pequeñas y un poco de arena facilitado por la empresa pública Gesplan, que es la encargada de dirigir la campaña para la erradicación de estos animales. La idea inicial no era otra más que la de custodiar unas horas a la serpiente, hasta que a la mañana siguiente -es decir, durante el día de ayer- se personasen en estas oficinas miembros de esta sociedad o agentes del Seprona de la Guardia Civil para quedarse con el ofidio. Pero el protocolo se vino abajo cuando un agente de la Policía descubrió durante la mañana que el reptil -no se sabe cómo- había conseguido abrir la tapa.

El animal apareció varios minutos después en una esquina del Negociado de Tráfico del Ayuntamiento, que está a unos 15 metros lineales del lugar donde se encontraba el cubo. La única explicación coherente a semejante viaje podía hallarse en la existencia de unas canalizaciones en las paredes que conectan todas estas dependencias de las oficinas municipales. La serpiente, que por el barrio donde fue cazada probablemente provenga de un terrario, no mordió a nadie, pero sí que dio un susto, y de los buenos, a la plantilla.

Montse González, una limpiadora de la empresa Hespérides, fue quien la descubrió junto a la mesa ocupada por la exconcejala Maribel Castro, actual funcionaria de la corporación adscrita a Tráfico. "Primero la confundí con un cable, pero me dije que era demasiado gordo y brillante y acabé dándole un 'fregonazo", relataba entre risas González. Castro, que no se arredró, tiró de reflejos y le hizo una foto. Después intentó cogerla por la cola. Su compañera de estancia optó por huir de la misma. Al final fue la Policía la que recurrió a un paraguas para 'domesticar' a la expedicionaria y devolverla al cubo del que nunca debió escabullirse.

Eso sí, el sobresalto se le quedó en el cuerpo a más de uno. En la Policía Local han custodiado durante estos años toda suerte de animales exóticos: desde tarántulas a iguanas y alguna que otra ave rapaz. Ayer les tocó un ejemplar travieso.