Fernando Rivero tiene 21 años y es disminuido psíquico. Su trastorno mental no le impidió ayer, junto a otros 80 voluntarios discapacitados, participar en una campaña de limpieza en la playa del Cabrón, en Arinaga, donde se recogió más de una veintena de bolsas con residuos contaminantes.

"En las rocas me encontré un zapato y un envoltorio de chocolatina y no entiendo qué hacen estas cosas tiradas aquí si tendrían que estar dentro de la basura de casa", destaca Fernando mientras rescataba con su pequeña red algunas colillas y latas de la arena.

La actividad, enmarcada dentro del proyecto Yo conozco mi fauna que desarrolla la asociación Avafes desde 2007, reunió a voluntarios no solo de organizaciones de discapacitados, como Actrade o Apaelp, sino a buceadores del club Montagua y algunos bañistas espontáneos que ayudaron a limpiar los fondos marinos.

"Queremos fomentar la inclusión social de personas con dificultades a través de la educación ambiental y hacer de la jornada de hoy un acto normalizado, sin las tradicionales segregaciones que han tenido lugar hasta ahora", puntualiza su organizador y técnico de Avafes, Federico González.

Fernando, que asegura que tiene el corazón dividido entre las canciones de Hannah Montana y los cuadros de Van Gogh, se mostró entusiasmado al explicarle a los visitantes de la playa la importancia de no tirar plásticos en el mar, "ya que muchas tortugas los confunden con medusas y luego se mueren asfixiadas", añade el usuario de la asociación Apaelp.

Dacio Marrero, a quien el síndrome de Asperge no le ha condiconado para desarrollar su pasión del timple, se suma a la conversación. "Yo creo que si la gente tuviera que pagar por lo que ensucia la playa no estaría así", critica con mirada firme y sin vacilaciones. A su lado se encuentra una de sus monitoras, María Camacho, que con guantes y cubo resalta lo sorprendida que está por la predisposición mostrada por los usuarios para hablar con gente ajena a su entorno habitual. "Este contacto social se produce de una manera natural y eso es lo ideal", añade.

Como broche de oro a la jornada, se liberaron en el mar tres tortugas procedentes del centro de recuperación de fauna silvestre de Tafira. Ante la atenta mirada de la playa entera, estos tres reptiles se adentraron marea abajo. "Vuelven a casa", apostilla Fernando.