¿Desde cuándo tenemos heredades de agua en la isla?

Desde la Conquista de la isla. Hay una real cédula de 1480 en la que se faculta a Pedro Vera para iniciar el reparto de tierras entre marineros, escuderos y demás. Es curioso, pero la gente habla de heredades de aguas y no sabe de dónde procede el nombre. Pues bien: se llaman así porque los reyes convertian en herederos a los que recibían tierras y aguas.

¿Cuántas llegaron a existir?

¿Existir? Infinidad. Las más importantes fueron la Heredad de la Vega Mayor de Telde, la Heredad de Las Palmas, Dragonal, Bucio y Brivesca y la Heredad de Arucas. Eran las que tenían las mayores extensiones de terreno y datan de la Conquista. En total podrían haber hasta 300 si contamos comunidades de explotación, de pozos...

Lo que sí es evidente es que, con el paso de los años y la explotación de los acuíferos, estas han ido desapareciendo...

La agricultura ha desaparecido, y también muchos manantiales. La Heredad de Arucas tenía 68 y ahora mismo no tiene ninguno.

¿Está el resto de la isla igual?

No. Tenemos otros que han pervivido, como el de La Mina, que está en lo alto de la cumbre. Allí se trajo agua desde la vertiente oeste a la este con un tunel de 345 metros de largo que se empezó a construir por ambos lados. Eso fue en el siglo XVI. Una auténtica obra de ingeniería que ahora ofrece de 10 a 11 litros por segundo. Imagínese la perfecciónde la misma, que empezaron por los dos lados y sólo descuadraron el punto de encuentro en 30 centímetros.

El papel que ha jugado este tipo de organizaciones ha sido fundamental en el pasado...

Sin duda, fueron cruciales para la agricultura. La pujanza de la ciudad y del Puerto se debe a la Heredad de La Mina porque no había prácticamente agua al haberse extinguido los nacientes del Guiniguada. Aquella obra de la que le habló, que se pudo realizar gracias a una Real Cédula concedida en 1501 por los Reyes Católicos, fue vital. ¡Y costó 250.000 maravedíes!

Otro clásico de las heredades han sido los constantes litigios entre ellas...

La verdad es que el negocio del agua siempre es el más opaco de todos a pesar de ser el más claro. Ya con Pedro de Vera hubieron protestas, cosa que llegó a oidas de Juana la Loca. Esta mandó en 1505 a Ortiz de Zárate para apaciguar los ánimos, pero no lo consiguió, no pudo o no quiso. Y ya en 1531 llegó Francisco Ruiz de Melgarejo, que era visitador general de la Corona y fue el que hizo el ordenamiento de las heredades. El constituyó el título de 'alcalde de aguas'. Luego llegarían los ayuntamientos y, más tarde, la Ley de Aguas. Y ahí cada heredad logra autonomía.

Dígame una Heredad de peso por sus dimensiones...

Pues mire, la de Las Palmas tiene unos 780 herederos y en Arucas hay 800 y pico en la actualidad. La de la capital, por aportarle un dato, llegó a regar 1.600 fanegadas entre plataneras y cultivos ordinarios.