El frente frío que llegó a la banda norte de la isla de Gran Canaria en la madrugada del jueves al viernes, dando un giro tan radical como afortunado, llegó casi exclusivamente para apagar el incendio de los altos de San Mateo y Cruz de Tejeda, desdibujándose durante el fin de semana sin dejar apenas precipitaciones de importancia en Gran Canaria, salvo los casi 20 litros acumulados que ha dejado en la villa de Firgas y los poco más de 15 en la de Teror.

Una bolsa de agua en la atmósfera en la que, además de bomberos y vecindario de la zona afectada, también habían puesto los ojos los agricultores de hortaliza de las medianías para aliviar la sequedad propia del verano pero que finalmente, a estos efectos, pasó sin mayor pena ni gloria.

Después de varios días con altas temperaturas bajo el rigor del denominado veranillo de las nueces llegaron de golpe las brumas que asfixiaron las brasas, dejando un cielo encapotado que prometía.

"Este fin de semana parecía que se iba a caer el mundo ahí arriba, pero nada, al final quedó en un chispi, chispi", resumía el panorama ayer Juan Hernández, agricultor de Santa Brígida mientras sacaba unas papas, una maniobra de imposible ejecución con tierra empapada y en una zona donde el precio del agua en el mercado privado es de unos 20 euros, para aumentar en las zonas más altas de la isla hasta los 30 euros la hora de 36 metros cúbicos.

Donde sí que cayó con fuerza ayer fue en La Graciosa, con granizo incluido, y en Lanzarote, que solo necesitó poco más de diez litros por metro cuadrado para ver anegadas varias calles de la capital. Todo ello, según explicaba ayer Jesús Agüera, de la Agencia Estatal de Meteorología, debido a la formación de una DANA, o Depresión Aislada en Niveles Altos, que ha cogido casi de lleno a las dos islas más orientales del Archipiélago y que ya se encuentra en el norte del continente africano.

Un fenómeno que entrega sus lluvias desde nubes aisladas, lo que explica la diferencia entre unos pluviómetros y otros. Un ejemplo de ello fueron los tres litros por metro cuadrado que cayeron en solo cinco minutos en Triana a las diez de la noche del domingo, que es la segunda marca de intensidad después de que el 18 de agosto de 2005 se registraran 36 litros en apenas 45 minutos. Mientras esto ocurría en Triana, dos kilómetros más allá no recibían gota. Una vez fuera la DANA, aún seguirán estos días, al menos hasta el próximo jueves, frescos, con una significativa bajada de temperaturas. "Ya no vendrán los 25 y 26 grados a la sombra que vivimos hace siete días", sentencia Agüera, en lo que es el verdadero -y algo atrasado-, entrante del otoño.

Así, y al menos hasta el próximo jueves, habrá que tirar de abrigo y paraguas especialmente en el norte de las islas de más relieve, donde se pueden producir lluvias débiles a moderadas.

Además, en el mar la sucesión de borrascas en el Atlántico norte se dejará sentir en las cosas isleñas con un ligero mar de fondo con olas de dos a tres metros de altura.

En resumen, y de momento, parece repetirse el patrón del otoño vivido el pasado año, en el que se tuvo que esperar a noviembre para ver las primeras lluvias de fundamento, aquellas que dejaron, solo en aquel mes, unos más que agradecidos 132 litros por metro cuadrado.