Cerco a la falta de civismo. El Ayuntamiento de Telde se ha cansado ya del buen talante y ha endurecido las medidas puestas en marcha hace unos meses para intentar evitar que las vías públicas -en epecial, los paseos marítimos- se conviertan en los baños públicos de la población canina del municipio. En apenas un mes, el dispositivo montado por la Policía Local ha supuesto la imposición de 42 multas a propietarios de perros que han incumplido algunos de los preceptos recogidos en una de sus ordenanzas municipales. En la mayor parte de los casos, las denuncias obedecen a deposiciones de animales que no han sido retiradas por los propietarios de los mismos.

El dato lo ofrecieron ayer la alcaldesa de Telde, María del Carmen Castellano, y el jefe de la Policía Local, Antonio Mederos. Ambos recordaron que antes de tirar de talonario se ha desarrollado una campaña de sensibilización entre los asiduos a los citados paseos con mascotas. A ellos se les ha advertido tanto de la obligatoriedad de quitar los excrementos de la vía pública como de la necesidad de que los animales estén convenientemente censados en el consistorio, con su propio microchip y siempre con correa y, en el caso de las razas potencialmente peligrosas, con bozal. Pero las advertencias verbales no parecen haber surtido efecto y por eso desde el grupo de gobierno se ha optado por una medida más contundente: aplicar el reglamento a rajatabla y sancionar con multas.

Para ello, varios agentes de la Policía Local transitan por los corredores costeros de Telde ataviados de paisano. En cuanto observan que un perro defeca y su dueño continúa su camino sin deshacerse de los residuos en los pipican y papeleras instaladas al efecto, proceden a sancionar. El operativo funciona durante los siete días de la semana, con especial énfasis en horario vespertino, que es el momento en el que mayor afluencia de perros se registra.

Aunque las multas pueden alcanzar los 300 euros, Castellano se apresura a aclarar que al Ayuntamiento no le mueve ningún afán recaudatorio. "Solo el deseo de que las calles estén lo más limpias posibles, que predomine el civismo y que se cumpla el reglamento", significó. Por eso añade que no tiene inconveniente en que trascienda que hay policías de paisano cumpliendo esta y otras funciones. "Puede que así logremos una mayor implicación de todos".

Las sanciones referidas se impusieron entre finales de octubre y principios de noviembre. No se descarta que la medida se extienda a otros puntos de la localidad.