La sonrisa iluminaba sus caras. La silenciosa vida de los pastores que recorren cada pocos meses con sus ovejas de Norte a Sur, y de la cumbre a la costa, para aprovechar los mejores pastos cobró ayer el máximo protagonismo en Las Palmas de Gran Canaria. Los últimos 18 pastores de las Islas que se dedican a esta forma de vida dejaron atrás su producción de queso y a las ovejas a punto de parir para recibir ayer su momento de reconocimiento, gracias a un amplio reportaje que quedó grabado en las páginas de un libro, y que ayer se presentó en el Cicca.

Los pastores trashumantes conservan viva una tradición de más de 2.000 años, como remarcó uno de los autores, Yuri Millares, recordando que los antiguos aborígenes ya se dedicaban a esta forma de vida que ha llegado a nuestros días. Desde entonces se ha ido transmitiendo de generación en generación, buscando siempre los pastos más abundantes y frescos.

Millares recordó que esta actividad ha desaparecido del resto de las Islas, y sólo pervive en Gran Canaria, lo que pone en valor aún más su labor social y económica.

El experto quesero Isidoro Jiménez lamentó que durante años los ganaderos trashumantes hayan sido perseguidos, por entenderse que el ganado es incompatible con el medio natural. Todo lo contrario, dijo, en otros países están muy considerados y se benefician mucho de las ayudas, porque se les reconoce su función. Y, como anécdota, recordó que en el último gran incendio que padeció Gran Canaria, la única zona que evitó las llamas fue precisamente "donde Pepe Mendoza había estado pastando en la presa de Las Niñas".

"Es mejor ayudar al ganadero que pagar a personas por cortar hierbas; aunque en Europa se paga más, muchas veces es más importante que los cargos políticos sean conscientes de saber qué gente es", añadió el especialista.

Jiménez recordó las palabras de un pastor que estaba junto a un almendro en las Medianías de Gáldar y le aseguró que la planta la había traído sus ovejas en la barriga de Tejeda. Isidoro Jiménez expuso este caso como otro ejemplo de su impagable labor de repoblación.

El experto en quesos lamenta que no se valore lo suficiente la calidad del queso elaborado con animales trashumantes. "Son más sanos y reciben pastos distintos, que le dan al queso aromas y una textura especial de cada zona", señalando que estas características deben ser realzadas frente al producto industrializado. "Si no se consume este queso se irá perdiendo la trashumancia; y eso hay que valorarlo".

El acto fue presentado por el director del periódico LA PROVINCIA / DLP, Antonio Cacereño, que publica cada mes la revista Pellagofio, que ha dado origen a estas jornadas y a este libro Los últimos trashumantes de Canarias. Cacereño remarcó que estas últimas 18 familias residen principalmente en Gáldar, pero también en Moya, Tejeda, Valleseco y San Mateo.

El presidente de la Mancomunidad de Ayuntamientos del Norte y alcalde de Teror, Juan de Dios Ramos, destacó la importancia de dar a conocer el Norte, su gente y sus formas de vida. Por desgracia, añadió, esta labor se enfrenta al peligro de desaparición.

Los tonos de las cencerras

Algunos asistentes mostraron su preocupación por el desconocimiento general que existe sobre esta forma de vida entre los jóvenes. Al igual que echaron en falta una mayor preocupación y apoyo de las Administraciones para preservar estas tradiciones.

Una de las inquietudes generalizada es la falta de relevo generacional, si bien existen algunas familias que han ido formado a sus jóvenes hijos en estas tareas. Isidoro Jiménez señaló que es más fácil formar a los miembros de una unidad familiar que a personas externas, porque ese trata de un trabajo duro con el que hay que saber convivir desde pequeños.

Durante la exposición del libro, no pasó desapercibido el trabajo de los perros como colaboradores fieles de los pastores. Ni las cencerras, "que es un patrimonio, ya que cada una tiene un nombre y es distinta a las demás", lo que supone un lenguaje y una simbología propia.

Entre los presentes también estaba el alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, y de Guía, Pedro Rodríguez, entre otros cargos políticos de la comarca grancanaria, y la concejala de Las Palmas de Gran Canaria, Nardy Barrios.