Un experto cuestiona que los aborígenes canarios tengan exclusivamente raíces bereberes. El médico, biólogo, catedrático de la Universidad Complutense y responsable de investigación del Banco de Sangre de la Comunidad Autónoma de Madrid (Instituto de Hemodiálisis), Antonio Arnaiz, cree que existen evidencias de la influencia ibérica y también de los vascos. "Durante la Conquista muchos creían que los guanches hablaban vasco, y por eso se eligió al primer obispo". Arnaiz cree que habría que profundizar en aspectos multidisciplinares como la lengua y la cultura, la genética y la arqueología, y lamenta el expolio de documentación esencial para recomponer la historia de Canarias.

Es profesor de Genética de poblaciones en la Universidad Complutense, y desde hace cerca de tres décadas ha escrito cientos de artículos sobre este tema, incluyendo los orígenes de los guanches. Antonio Arnaiz cuestiona las teorías "unívocas" de la teoría del origen bereber de los guanches. Una apreciación que ha encontrado voces opositoras, pero que él cree rebatir con ejemplos como la práctica de la momificación, los distintos rasgos físicos de la población aborigen, los nombres propios y los vestigios prehispánicos.

Tamazigh, pero oriental

"Habría que hacer un estudio multidisciplinar desde el punto de vista lingüístico-cultural, genético y arqueológico. La relación entre lo guanche-bereber es aceptada por la mayoría de los autores, pero es algo más complejo". Y, aunque su teoría encuentra detractores, cree que es hora de revisarse.

El investigador apunta como novedad que en Lanzarote y Fuerteventura se encuentran escrituras rupestres en roca que fueron llamadas inscripciones latinas. "La profusión de estas cortas escrituras, sobre todo en Fuerteventura, hace pensar que fueron escritas durante un largo periodo de tiempo. En realidad, estas escrituras están escritas claramente en el llamado lenguaje Ibérico-levantino. No hemos podido localizar un hecho histórico que pueda explicar la aparición de estas escrituras que denominamos íbero-guanches. Lo más probable es que fueran efectuadas por pescadores íbero-levantinos, que conocían que los atunes viajan desde su zona de apareamiento en el Mediterráneo, entre Baleares y la Península Ibérica, hasta su zona de nacimiento en Fuerteventura-Lanzarote y África, donde efectuarían la pesca". Y recuerda que Plutarco, en sus "Vidas Paralelas", hablaba a comienzos del siglo I a.C. de la existencia de dos islas próximas cercanas a África con grandes posibilidades de faenar. "Como la mayoría de las inscripciones son simples y tendrían un significado religioso-funerario, según la transcripción y traducción vasco-ibérica, nos hace pensar que su función sería señalar fallecimientos o bien orar, todo ello hecho por pescadores de procedencia ibérica-peninsular".

El investigador interpreta que la historia del poblamiento de Canarias debió ser muchísimo más complicada. "Las momias son de varios tipos. Mucha gente es de mandíbula cuadrada y más fuerte que el mediterráneo; es más atlántica, como el que encuentra en Irlanda, Gales, Escocia, norte de España y Portugal". Incluso, añade, esta técnica de conservación de los muertos era propia de Egipto y Canarias. Antonio Arnaiz habla de que la única prueba del invasor bereber norteafricano es la escritura 'tamazigh', pero cree que también se puede traducir con el tamazigh oriental. Y recuerda que durante la Conquista se habló de militares vasco que encontraban similitudes con su lengua.