El Gobierno canario se mostró ayer dispuesto a modificar la Ley de Renovación y ModernizaciónTurística de Canarias para que Gran Canaria pueda construir nuevos hoteles de cuatro estrellas. Este cambio de actitud por parte del Ejecutivo autónomo, que fue desvelado por el consejero de Política Territorial, Domingo Berriel, se produce tras el encuentro que mantuvieron el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, y el presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna. Aunque el presidente del Cabildo grancanario llevaba a esta cita un listado con una veintena de asuntos en los que a su juicio Gran Canaria está resultando "agraviada" por el reparto de las inversiones del Gobierno de Rivero, la reivindicación de los hoteles de cuatro estrellas centralizó parte de la reunión, que tuvo lugar en la sede del Ejecutivo autónomo, y que se alargó dos horas.

Berriel aseguró que el Gobierno va a "buscar fórmulas y consensuar con el Cabildo todo lo que pueda para que se puedan edificar estos hoteles, pero sin desestimar lo más mínimo la potencialidad que la Ley da a la rehabilitación a través de los incentivos". En este sentido, el consejero de Política Territorial insistió en que el "temor" del Ejecutivo a retirar de la norma la obligación de que los nuevos hoteles de cuatro estrellas estén sujetos a proyectos de renovación es que en Gran Canaria se pueda paralizar la rehabilitación cuando es la isla que más necesita mejorar la calidad de la planta alojativa porque es donde se hicieron las primeras construcciones turísticas.

Con todo, Berriel no explicó que cambios se van a introducir en la Ley Turística para que Gran Canaria pueda construir hoteles de cuatro estrellas como también exige el Estado, que ha advertido al Ejecutivo canario con recurrir ante el Tribunal Constitucional si no se pueden realizar proyectos de establecimiento de esta categoría.

Por su parte, Bravo de Laguna dijo que había recalcado a Rivero que Gran Canaria no puede permitirse el lujo de paralizar las inversiones turísticas no sólo porque su oferta alojativa se puede quedar rezagada respecto a la de otras islas sino porque tiene el peor índice de paro de todo el Archipiélago. "Si recibierámos un millón de turistas más al año se podrían generar unos 30.000 puestos de trabajo" fue la advertencia que expuso el presidente del Cabildo al presidente autónomico. Ese millón de visitantes es la cifra que Tenerife lleva de ventaja a Gran Canaria, y que según Bravo de Laguna, tiene que ver con el mayor número de camas de cuatro estrellas de esa isla.