¿Qué objetivos tiene Fiare?

Financiar actividades económicas que tengan un impacto social positivo, apoyando proyectos y empresas sociales, medioambientales, culturales y humanitarios; y ofrecer al ahorrador e inversor responsable la posibilidad de apoyarles, canalizando sus deseos de decidir responsablemente sobre el uso que de éste hace la entidad financiera. Reunimos a personas y organizaciones para crear un circuito de intermediación financiera diferente que funcione con otros criterios.

¿De qué criterios se trata?

Evitar situaciones abusivas con los clientes, ser transparente, dar información, no retribuir de manera escandalosa a los altos puestos directivos, no especular y orientar el crédito a la inversión económica. Queremos hacer ese tipo de banca ética apoyada en la acción colectiva de personas e instituciones que pasen de decir estamos indignados a querer construir la economía sobre otras bases.

¿Por qué banca ciudadana? ¿Los otros bancos no lo son?

Sobre todo no son ciudadanas. No respetan las construcciones económicas, sino que de la ciudadanía lo que les interesa es su dimensión consumidora. No les interesa nuestros principios y valores, sino que tengamos un determinado modelo de felicidad y de éxito que conduzca al consumismo. Nosotros trabajamos la mutualidad, la solidaridad no solo propia sino descentrada, atentos a las desigualdades. Ese es un modelo imprescindible para construir sociedades justas.

¿El modelo Fiare parte de la Banca Ética Populare de Italia?

Sí. Nació en Padua en 1990 y este año celebramos el 15 aniversario de banca popular ética y el primero del proyecto conjunto en España. Este año empezamos a tener actividad financiera. Llevamos diez años construyendo el proyecto y este empezamos como cooperativa por Intenet y tarjetas en toda España. Aunque ya hemos dado 35 millones de euros de créditos.

¿Tiene algún parecido con las extintas cajas de ahorro?

En la inspiración seguramente sí. Las cajas y los movimientos cooperativos tenían parecidas respuestas. La situación de las cajas era distinta porque entonces no había globalización y el dinero no circulaba electrónicamente a lo largo del mundo. Pero esa asociación de personas que se preguntan por cómo orientar su propio dinero, sus ahorros a regenerar su tejido local, a crear inversiones para el bien común con impactos sociales parecidos, esa inspiración es similar a la banca ética. El cooperativismo de crédito añade la gestión mutual. Ahora con tanta especulación y globalización el hacer circuitos locales tiene una dificultad especial.

¿Qué acogida hay en España?

Tardamos mucho en explicar el proceso de construcción social. Por eso tiene tantísima importancia que un ayuntamiento se incorpore al proyecto. No es tanto por el tráfico económico que eso pueda suponer, sino por el elemento de legitimación de construcción de una red extensa de capital social. No es de extrañar que de Fiare se diga más que de qué buen banco que somos o la cantidad de sucursales que tenemos, que somos uno de los procesos de articulación social de personas y organizaciones más interesantes de España en los últimos años. Tenemos 230 grupos que vinculan a casi 5.000 personas y organizaciones.

¿Cuál es la situación de Fiare en Canarias?

Canarias es uno de los nodos de la banca ética, donde hay 140 socios. Somos un proyecto descentralizado. Banca ética europea es un modelo de construcción de una entidad que está en las antípodas de las construcciones habituales basadas en la rentabilidad económica. Nosotros primero creamos la red social de quienes quieren apostar por una banca ética.

Aquí ha firmado un convenio con el Ayuntamiento de Agüimes para su expansión. ¿Esperan que el de Santa Lucía también se asocie?

Nuestro grupo local está trabajando mucho en esa dirección. Me consta que en el Ayuntamiento de Santa Lucía tiene una sensibilidad social y entiende muy bien la importancia de hacer actividades conjuntas. A Fiare el tejido municipal siempre nos parece atractivo. En el proyecto Fiare-banca ética hay más de 400 ayuntamientos socios. Nosotros apostamos por el desarrollo de empleo local, por la cooperación al desarrollo.

Muchos creen que el dinero está mejor guardado en casa tras la crisis de la banca.

Tampoco seamos ingenuos. Los mecanismos del sistema económico son poderosos. A esa gente que piensa hoy, mañana cambiará de opinión con dos puntos de interés. La militancia y la coherencia en nuestras decisiones económicas hay que construirla con un trabajo más de día a día, de grupo, más de acción colectiva. El valor del interés económico sigue tan arraigado en nuestras sociedades, que tampoco va a reventar la banca ética porque la gente esté harta de los grandes bancos. Se le quitará el hartazgo enseguida, porque la publicidad lo hará muy bien.

¿En qué les afecta la crisis?

El sistema económico actual no sufre crisis, sino que produce crisis. Nos ha afectado descubriendo necesidades de personas y colectivos que son clientes nuestros. La crisis ha hecho retroceder el estado del bienestar en ámbitos sociosanitarios, en la lucha contra la exclusión, en la cooperación al desarrollo, en la ecología, en las energías renovables. La demanda de créditos ha aumentado. Además, con la crisis nos ahorramos la presentación de una hora de nuestra banca ética, que nació en el año 2000 y nos dedicamos a presentar el proyecto

¿Son alguna alternativa al sistema capitalista?

No aceptamos que se nos asigne la responsabilidad de transformar el sistema neoliberal en su conjunto. Solo somos 5.000 en España y cuando nos integremos con la banca ética unas 50.000 personas. Ahora bien, los modelos basados en los circuitos económicos cortos, locales, que luego se coordinan horizontalmente, sí plantean algunas alternativas al actual sistema económico.