El anuncio del Gobierno de Canarias de permitir la creación de nuevos hoteles de cuatro estrellas tras reunirse con Bravo de Laguna, después de haberle rechazado a usted esa misma propuesta, unido a las presiones del presidente del Cabildo de Tenerife y de Ashotel para que no se construyan, han terminado por soliviantar a la organización de CC de Gran Canaria . ¿Cómo valora la actuación del Ejecutivo regional y de su compañero Carlos Alonso?

Lo importante es que se ha abierto una vía de diálogo. El hecho de que el Gobierno autónomo se siente con el Cabildo y con el sector implicado ya es muy positivo, así como que haya una vía de entendimiento con el Estado para que el recurso que había planteado contra la Ley Turística de Canarias se sustituya por un acuerdo. CC de Gran Canaria mantuvo una postura distinta a la del Gobierno en el Parlamento y en el Cabildo, e incluso rompimos la disciplina de voto en relación a los hoteles de cuatro estrellas. Respecto a las declaraciones del compañero Carlos Alonso, creo que han sido inoportunas. En primer lugar, porque nosotros entendemos que hay que respetar la opinión de los cabildos y él, como presidente del Cabildo de Tenerife, tiene que respetar las decisiones del Cabildo grancanario, sea cual sea el partido que lo gobierna. También nos pareció inoportuno que saliera a confrontarse con el sector turístico de esta Isla. Por contra, creo que sí es respetable la opinión de Ashotel, que ha manifestado lo mismo desde el principio. Lo que Canarias necesita es que las Islas se pongan de acuerdo, que los empresarios colaboren entre sí, y que los políticos se coordinen, no que busquemos puntos de discordia. No me parece bien que el Cabildo de Tenerife y sus representantes públicos se conviertan en portavoces del sector empresarial. El objetivo es que Gran Canaria siga siendo competitiva, porque eso va a beneficiar a toda Canarias. Si se puede conseguir con la renovación, estupendo. Sin consumir más suelo, lo mismo que se pueden hacer hoteles de cinco estrellas, también se pueden hacer de cuatro estrellas.

¿Se siente aludida por las críticas de Carlos Alonso en la última carta, cuando dice que "hay gente que no tiene remedio"?

No sé a quienes se refiere y no voy a especular. Para mí, ese tipo de comentarios sobran, vaya a quien vaya dirigido. Comparto con Carlos Alonso que no es bueno que Canarias vuelva al tan manido pleito insular, pero para eso hay que dar ejemplo y sus declaraciones no son precisamente un ejemplo. Dice Carlos Alonso que un hotel de cinco estrellas crea más empleo que uno de cuatro, pero lo que está claro es que si no hay hoteles tampoco hay empleo, sean de la categoría que sea.

¿Cree que es posible modificar la Ley Turística para permitir los hoteles de cuatro estrellas antes de que se empiece a evaluar esa norma en el mes de junio, tal como reclama ahora el Cabildo de Gran Canaria?

La evaluación empieza en mayo, no tiene sentido que estemos ahora promoviendo cambios en la Ley que tengan que ser evaluados a los dos o tres meses, porque eso genera inseguridad jurídica. El Gobierno ya ha dado bastantes muestras de que está dispuesto a cambiar la Ley por algo que objetivamente sea una mejora. Vamos a trabajar para que esa modificación sea la oportuna y que se haga con datos reales sobre el número de camas pendientes. El Gobierno los está recabando y los cabildos de Tenerife, Lanzarote y Fuerteventura ya han contestado, con cifras que señalan hasta 12.000 plazas sin construir en algunas islas. Sin embargo, el Cabildo de Gran Canaria no ha contestado, un día asegura que son 200 camas, otro afirma que eran más de mil y luego dice que eso no se puede saber, lo que significa que no se están utilizando los mismos indicadores. Merece la pena que los cabildos se sienten con el Gobierno y pongan esas cifras sobre la mesa, para que la Ley se pueda evaluar y se dé una alternativa a cada Isla en función de sus necesidades.

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