Lo suyo fue pura vocación. No hay otra forma de explicar cómo un chaval de apenas 18 años ingresa en el Cuerpo Nacional de Policía. En 1974 aprobó las oposiciones y su primer destino fue San Sebastián. La primera vez que salió a la calle fue para atender un brutal atentado de ETA que le costó la vida a un guardia civil en la estación de Rekalde. En el País Vasco, tiempos duros, permanecería tres años. Luego iniciaría un peregrinaje que le llevó a pisar tierras tan distintas como Santa Coloma de Gramanet, Córdoba, Madrid, Las Palmas de Gran Canaria y Valladolid. En la ciudad del Pisuerga ha trabajado en los últimos 30 años en departamentos como la policía judicial, el servicio de atención a mujeres y menores o la Brigada de Homicidios. Desde 2007 venía desempeñado labores de psicólogo en la Jefatura de Castilla y León. Y el pasado 19 de diciembre obtuvo la plaza de comisario. Su reto actual es Telde, pero Jesús García ha aprovechado, y mucho, el tiempo. La docencia ha sido otra de sus pasiones. Por eso ha participado activamente en la impartición de charlas sobre atención a menores y mujeres y en la preparación de policías en países como Honduras y Costa Rica.

¿Cuál es el principal objetivo que trae bajo el brazo?

La continuidad es un gran objetivo. Los índices de criminalidad y los resultados obtenidos en esclarecimiento de casos en Canarias son bastante bajos , pero en esta comisaría son incluso más aún. El mero hecho de mantenerlos ya es un reto. ¿Hacer algo bueno? Puede que haya alguna cosa que poner en práctica. Lo que más me interesa es que tengamos presencia en la calle, que no se nos vea como una institución de control y represiva. Estamos para servir al ciudadano. De hecho, si se fija, en nuestra jerga habitual nunca decimos "estoy trabajando", sino "estoy de servicio".

Históricamente, la movilidad en este cuerpo era un hándicap. Cada vez que mandaban a un policía nacional de la Península a servir a las islas, en cuanto podía volvía para su tierra...

Ese hecho, afortunadamente, ha cambiado mucho. Ya contamos con un gran porcentaje de agentes canarios en la plantilla. Aquí tenemos un total de 300 policías: casi 200 en la comisaría del casco y otros 100 en la del Aeropuerto. Y le puedo decir que el catálogo de puestos está cubierto en torno a un 90%. No me puedo quejar. En otros destinos hay más premuras. Otra cosa que destacaría es la juventud del cuerpo. Esta es la plantilla más joven con la que he trabajado.

¿La comisaría del Aeropuerto funciona de forma autónoma?

No en sentido estricto, pero sí que tienen una función más específica. Tienen que estar ahí.

Si le pidiera que me dijese algo a mejorar...

No es que estemos mal, pero creo que deberíamos mejorar la disponibilidad de agentes uniformados en la calle. Telde es un municipio con muchos núcleos dispersos y lo ideal sería contar con más vehículos, pero ese es un problema de difícil solución. Los tiempos son los que son y tenemos que apañarnos con lo que hay. En todo caso, más de la mitad de nuestros policías están dedicados a las labores de patrullaje.

Durante esta última década, la sintonía y compenetración con la Policía Local de Telde ha sido la nota predominante.

Mi intención es seguir con ello. Quiero verme con todos para seguir trabajando en esa línea. Cuando digo todos me refiero también a los compañeros de Las Palmas de Gran Canaria, ya que tenemos un barrio de actuación conjunta, el del Valle de Jinámar.

Por lo visto hasta ahora, ¿qué percepción tiene de Telde?

Los teldenses me parecen muy pacíficos y afables. El único foco que quizás destaque un poco lo tenemos en Jinámar y Las Remudas, con un ligero repunte de denuncias por amenazas y lesiones. Entiendo que esto esté condicionado por las condiciones urbanísticas del lugar. Pero bueno, también tenemos la ventaja de que lo compartimos con Las Palmas capital y todos podremos ayudarnos.

Raimundo Villanueva se fue de aquí recibiendo muchos halagos. A usted seguro que le habrá dado buenos consejos...

(sonríe) Bueno, me ha hablado muy bien de los funcionarios y me ha dicho que no me preocupe.

Antes ha insinuado algo sobre las estadísticas.

Sí, le puedo ser más concreto. En Telde el índice de criminalidad está próximo al 7% y la eficacia en el esclarecimiento de delitos ronda el 58%. Este último dato es muy bueno si tenemos en cuenta que en la media se incluye lo que son los delitos de mayor dificultad de resolución, como cuando a uno le roban el móvil. Eso te baja bastante los promedios.

Un buen dato pese a lo que se le habló con la crisis...

Sí, se dijo que habría un repunte de los delitos económicos, pero no se ha dado. A mi juicio, las familias españolas controlan mucho su economía y se ajustan al momento que viven. Y, junto a ello, la población española tiene aún muchos valores arraigados. Y el hecho de no robar es uno de ellos.

¿Le gusta Telde?

Pedí este destino de forma voluntaria y para quedarme, para jubilarme. Conocí la ciudad hace muchos años, cuando estuve en Las Palmas de Gran Canaria como jefe de Telecomunicaciones. Ahora tenemos una sede modélica. Y bueno, a la ciudad ya le he echado un ojo al parque de San Juan, un buen sitio para correr, y al polideportivo municipal. Confío en poder apuntarme al gimnasio en cuanto pueda.