Hasta 20,5 grados. Esta es la diferencia de temperatura que vivieron ayer las personas que se bañaron a mediodía en el Puerto de Mogán, sobre aquellas otras que se encontraban de madrugada en La Vega de San Mateo, con la nieve en el horizonte. Gran Canaria sigue siendo en estos días una inusual estampa de contrastes, donde muchos turistas disfrutan de la arena de las playas del Sur mientras otras personas a casi 35 kilómetros de distancia se lanzan al suelo entre el hielo que cubre el interior de la Isla.

Día de calor, o bien de frío. La elección está entre quienes optan por el Sur turístico, y aquellos que suben a la Cumbre para disfrutar de un paisaje completamente distinto, donde el blanco y el verde constatan ese contraste. Mogán registró ayer la temperatura máxima de Gran Canaria y la segunda de España, tras el municipio palmero de Tazacorte, con unos termómetros que alcanzaron los 22,3 grados. Este contraste se registra en apenas 35 kilómetros de distancia, que separa la costa con el interior.

Al otro lado de la balanza, la temperatura mínima de la Isla se la vuelve a llevar San Mateo, cuyos vecinos soportaron de noche una bajada de hasta los 1,8 grados. Sin embargo, no es nuevo para ellos, que llevan días bordeando los cero grados. Las previsiones, sin embargo, mantienen que las diferencias seguirán reduciéndose poco a poco en las próximas horas.

Un continente

Los turistas han podido vivir esta curiosa secuencia de contrastes, cuando han iniciado en el Sur su excursión y se han adentrado en las carreteras rurales para conocer la otra cara de Gran Canaria.

Además, esta situación confirma lo que ya en su momento apuntó Fray Lesco, de que esto es un inesperado "continente en miniatura", ya que ha servido para promocionar turísticamente el destino vacacional.