El técnico municipal Emilio Hernández volvió a calificar ayer de "error" el dato equivocado que facilitó en 2010 a los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional que investigaban un presunto quebranto patrimonial en el marco del denominado caso Calero.

Esa investigación, que motivó la detención e imputación de 13 personas -con varios cargos públicos, funcionario y empresarios entre ellos- se mantiene viva hoy con tres encartados, pero una 'pata' de la misma se desmoronó cuando los investigadores conocieron que una de las informaciones que había propiciado parte de sus actuaciones no era correcta.

Lo cierto es que uno de los principales damnificados por aquella operación en la que resultó arrestado hasta Guillermo Reyes fue el empresario Félix Machín. El inversor siempre ha entendido que Hernández, exempleado suyo, actuó con "mala fe", por lo que meses después le presentó una querella por supuesta falsedad documental. La acusación alcanzó al edil de Urbanismo y al secretario municipal de aquel entonces, José Antonio Perera y Domingo Arias. Hernández y Perera acudieron este viernes a Telde para declarar como imputados y, básicamente el primero recalcó en que lo suyo fue "un error" que podrían haber detectado desde el principio los investigadores. Y todo porque en el informe que se envió a la Policía tras ser sellado y firmado por Perera y Arias se adjuntaba en la segunda página una ficha de la unidad de actuación de El Calero en la que sí estaba el dato correcto, al igual que en la documentación que se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia. En cuanto a Perera, se limitó a firmar el certificado que Arias le pasó.