En la falda de la batería militar de Arinaga, construida en 1941 para evitar una posible invasión terrestre o aérea y desmantelada en 1970, se levantó en 1963 la gran residencia de Arinaga para uso de la Sección Femenina de la Falange Española en actividades de fines de semana y de campamentos de verano. La obra la diseñó el arquitecto Manuel de la Peña.

Fue un albergue juvenil que se transformó en residencia escolar, como tantos otros inmuebles en España, por un decreto del dos de enero de 1969 del Ministerio de Educación y Cultura, que crea cinco plazas de maestros. Tras dicho cambio, el hogar escolar acoge a más de un centenar de niños que vivían en cuarterías o en núcleos alejados de los centros escolares de San Bartolomé de Tirajana, Santa Lucía, Agüimes e Ingenio.

De suyo la primera promoción de escolares, junto a su directora María del Carmen Betancor y su vicedirectora Matilde Barreto Romero, se encontró el pasado 21 de septiembre en el camping de playa de Vargas. "Allí hicimos un homenaje a nuestras profesoras y nos reencontramos muchos compañeros y compañeras en un día muy agradable", expresó Eugenio Sánchez, uno de los promotores de la iniciativa.

"Valoramos cuánto bien nos hicieron y cuántos buenos valores nos transmitieron", añadió Sánchez. También María del Pino Marichal recordó "con mucha satisfacción el habernos encontrado tantos niños de la infancia". "Fue un encuentro superperfecto", añadió. Ambos reconocieron que no conocían que justo el año pasado la residencia escolar cumplía 50 años de existencia.

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