Las cosas que pasan. Todo transcurría con la tranquilidad propia de un miércoles de Semana Santa en Telde cuando, de pronto, el caos se adueñó del populoso barrio de San Gregorio. En un instante surrealista, conductores y peatones observaban atónitos cómo una oveja, de raza pelibuey, por cierto, corría y balaba despavorida por las calles del barrio.

Ocurre que el animalito se le había escapado a su dueño, un ganadero del barranco de La Rocha, y claro, estaba estresada. Más aún cuando comprobaba cómo vecinos y agentes de la Policía Local de la ciudad de Los Faycanes trataban de darle alcance por su propio bien; algo que, obviamente, desconocía.

Tres kilómetros de carreras arriba y abajo por San Gregorio culminaron con la interceptación del animalito justo en la plaza del barrio. Cautiva pero ilesa, la oveja fue devuelta a su atribulado propietario sin mayores incidentes.