Javier de La Fe, José Rodríguez, Eloy Santos y Francisco Muñoz margullan con neopreno en Los Charcones, Bañaderos. El cuarteto ha encontrado en sus piscinas naturales, terminadas en 2011 la pileta perfecta para nadar dos días a la semana. "No hay otra igual" en su especie en toda Gran Canaria, explica De la Fe. Tan así que Eloy y Francisco se vienen desde Telde, donde residen, exclusivamente a este asunto.

A no ser que llueva, "para que no se mojen las cosas", no fallan verano e invierno, alegan mientras un cangrejo asoma los ojillos en un quiebro. Si se mira desde arriba se ven los cabosos pegados al suelo, un grupillo de gueldes chicos a media agua, unos alevines de salgo..., y si se aspira el aire huele a yodo, que es lo que debió ver y saborear allí el comité de la Unión Europea que ha otorgado por primera vez, tanto a Los Charcones como a El Puertillo, unidos por un mismo paseo y por la playa de Bocabarranco de Bañaderos, la Bandera Azul que las distingue por sus servicios y limpieza.

Arucas logra así la única distinción que ha tenido el Norte en materia de playas, en una cornisa atlántica que si en algo destaca a partir de ahí y hasta prácticamente pegar con el sur, es por su ancestral abandono. "El más abandonado, sí", como reafirma el concejal de Playas de la ciudad, Gustavo Viera, y cuyos planes con el litoral no acaban con el izado del pabellón, que tendrá lugar a finales de junio o principios de septiembre, sino que continúan hasta Quintanilla, por el oeste, y hasta Tinoca, por el este, para unirlas, en su momento, a través de un paseo peatonal en el primer caso y, en el segundo, con un sendero y sus miradores.

De vuelta a la parranda del cuarteto nadador. En la piscina natural los largos son de nada menos que 180 metros. Lo midieron Javier y José "con el Google, que tiene una herramienta para estas cosas", si bien Francisco Muñoz subraya entre risas que él no ha medido nada con el ordenador, "que no quiero que piensen que soy un friki".

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