La Policía Nacional ha precintado el chalé del Monte Lentiscal (Santa Brígida) que albergaba una casa de prostitución y que la semana pasada fue objeto de una operación en la que hubo varios detenidos, aunque no solo por proxenetismo y trata de blancas, sino también por tráfico de drogas. Una unidad policial de extranjería en Madrid es la que lleva la investigación.

Los vecinos de la urbanización Los Lentiscos habían denunciado al Ayuntamiento de Santa Brígida la actividad como casa de citas que se desarrollaba en el chalé desde hacía dos meses, por lo que la alcaldesa, Beatriz Santana, trasladó la queja a la Policía Nacional. El concejal de Nueva Canarias, José Luis Álamo, también se hizo eco de la denuncia de los vecinos y la puso en conocimiento de la primera edila.

Al parecer, los agentes investigaban al dueño del negocio y de la casa no solo por presuntos delitos de trata de blancas y proxenetismo, sino también por narcotráfico. "En la casa entraban y salían muchos clientes durante las 24 horas del día, pero también llegaban sospechosamente motoristas que al parecer traían drogas tanto para ellos como para la gente que trabajaba en el chalé. Venían jóvenes en moto con muy mala pinta, posiblemente drogadictos", manifestó ayer un vecino a este periódico. Los agentes de la policía en Madrid investigaban a los responsables desde hacía tiempo, pero adelantó la operación tras la denuncia de los vecinos.

Otro vecino se quejó de que el Ayuntamiento no actuase antes para evitar las molestias que se han producido a los residentes en la urbanización. "Dicen que sin denuncias no pueden actuar, pero si ellos ven que se incumple la legislación y que hay una actividad no autorizada, deberían intervenir sin necesidad de que haya denuncia".

"Aquí se estuvo trabajando en reformas de la casa durante 20 días seguidos, día y noche, y eso lo sabían en el Ayuntamiento, pero nadie paró la obra ni dijo nada", señala una vecina, enfadada. Oficialmente, el consistorio satauteño justifica su comportamiento asegurando: "Desde que recibimos la denuncia actuamos rápidamente, y de hecho la casa está precintada".

Los vecinos afirman que la policía actuó con rapidez porque se destapó el asunto de la casa de citas, pero que en realidad los agentes estaban investigando desde hacía tiempo a varias personas por narcotráfico. "Lo que pasa es que el gánster que llevaba el negocio de la casa de citas estaba también pringado por tráfico de drogas", dicen.

Los denunciantes aseguran que, aunque sí había molestias a los vecinos porque muchas veces los clientes confundían el domicilio y tocaban en otras viviendas a altas horas de la madrugada, "nunca hubo peleas porque la clientela era de alto lujo, igual que las señoritas, algunas de las cuales eran menores de edad".

Las personas que trabajaban en la casa eran de varias nacionalidades, al parecer algunas de ellas lo hacían de forma irregular por carecer de papeles en regla para residir en España. "Algunas eran del país, pero la mayoría eran de fuera".

Este negocio de prostitución se anunciaba en la prensa. Sus dueños habían impreso tarjetas con la dirección de la casa de citas, aunque con la dirección de otra calle de la urbanización Los Lentiscos, por lo que se creó mucha confusión. En las tarjetas figuraba un plano-mapa en el que se explicaba al potencial cliente el recorrido en coche.

No obstante, los dueños del negocio ofrecían a sus clientes la posibilidad de llegar al chalé en taxi de manera gratuita, por lo que facilitaban el acceso a la casa de manera directa, sin la posibilidad de perderse. "Los anuncios salían todos los días, menos los domingos. Desde que se produjo la operación policial y se cerró la casa, los anuncios lógicamente dejaron de ?aparecer".

Según la investigación, los dueños que controlaban el negocio eran personas de perfil violento y agresivo que se aprovechaban de jóvenes necesitadas de dinero. Al parecer contaban con otro piso de citas en la capital grancanaria, "pero pasaba más desapercibido que esta casa en Los Lentiscos".

La Policía Nacional no ha cerrado aún la operación, a pesar de haber clausurado temporalmente el chalé, que era conocido como Golden House, según rezaban los anuncios y las tarjetas de visita.