Pepucho del Rosario es un todoterreno: padre de seis hijos, entre las que está la vocalista eurovisiva de El Sueño de Morfeo, de 2013, Raquel del Rosario; profesor de Educación Secundaria; integrante del coro de la basílica de Teror y perteneciente al grupo eclesial de los neocatecumenales. Nació en el barrio terorense del Quebradero, donde fue criado y todavía reside.

No estaba programado, pero en la bajada de la Virgen, animó los cantos espontáneos desde Teror hasta Siete Palmas, donde tuvo que parar porque su "mujer María Teresa se indispuso y me tuve que quedar también yo, lo que me vino muy bien para mis caderas". Y ayer subió cantando desde la Catedral de Santa Ana hasta la basílica mariana a Pinito, como se le llama en Teror cariñosamente a la Virgen.

"La animación de los cantos la vivo estupendamente. Para nosotros, en la iglesia el canto es como una acción de gracias". Desde Siete Palmas hasta el Toscón le acompañó en el canto el cura de Tamaraceite, Jorge Fernández, Pepe Enríquez, Cristóbal Déniz y un grupo capitalino de Los Giles y de La Isleta. "Traje la guitarra porque a mí me gusta tocarla, porque animo la liturgia de la iglesia y un grupo me dijo que me uniera al canto".

Pepucho del Rosario anima la liturgia de la basílica de Teror, en la que están implicados una veintena de personas los fines de semana. Ayer participó además leyendo y cantando el estribillo del salmo responsorial en la misa de la llegada de la Virgen.

Este animador forma parte de la comunidad neocatecumenal de seglares que nació en 1962 y se instaló en Teror desde 1977. Este colectivo integra a tres grupos con un total 85 miembros, cuyo lema es ama a tus enemigos, ama más allá de la muerte, de los defectos, de las limitaciones y de los pecados del otro.

Pepucho es profesor de dibujo y de plástica y da clase desde hace tres cursos en San Mateo. Ha estado en 17 institutos de interino, porque le encanta la docencia. "Soy de vocación tardía, porque fui a estudiar a la Universidad con 39 años. Saqué la carrera en cinco y después vinieron las sustituciones en los cursos de cualificación pedagógica y saqué las oposiciones en 2008 y estoy en expectativa de destino". Para este profesor, "hay que tener paciencia con los jóvenes, darle cariño. Hay que conocerlos y amarlos en su realidad". Pepucho ha participado en cuatro bajadas. "La presencia de la Virgen en esta bajada es un acto evangelizador, que nos acerca a Jesucristo y a su Iglesia". La Virgen del Pino, a pesar de ser una imagen, es una presencia de la madre de Dios, que está viva en el cielo. Esa es la fe que anima a tanta gente que peregrina a Teror, que necesita referentes que le hagan pensar sobre el sentido de la vida, el sufrimiento y la muerte".