El barrio de La Atalaya de Santa Brígida culminó ayer sábado sus fiestas con la XXIII Traída del Barro, donde vecinos y foráneos se unieron para darse un chapuzón y embarrarse por la calles del tradicional barrio alfarero.

A las doce del mediodía tuvo lugar la fiesta salsera por las calles del barrio con música merengue y por la tarde la gente se dirigió al Goro para darse el chapuzón de barro al ritmo de la banda Ajodar. Un centenar de participantes en la fiesta no dudaron en embarrarse en un tono festivo y con la música de fondo. Ya por la tarde los participantes se quitaron el barro y tras la limpieza se tomarán un caldo calentito. La carretera de La Atalaya se cerró al tráfico mientras se desarrollaron los actos de la fiesta.

Por la noche se celebró una verbena a partir de las diez, amenizada por la orquesta Scorpio. Para hoy domingo estaba previsto una excursión a Teror y por la tarde se celebrarán carreras de cintas a caballo.

Según los entendidos, esta fiesta conmemora la tradición centenaria de ir a buscar el barro, para luego almacenarlo en las cuevas, y así disponer de la materia prima para trabajar la loza durante todo el año en el municipio.

Actualmente tiene un componente eminentemente lúdico, donde la gente sube a la zona de la Concepción a celebrar esta tradición, embarrándose al son de la banda de música, para posteriormente bajar al pueblo de La Atalaya.

Una fiesta que gana más adeptos en cada nueva edición y que recuerda la traída del agua de Lomo Magullo, en Telde, o las fiestas del Charco en La Aldea de San Nicolás. La recuperación de la fiesta data de 1991.