-¿Qué sintió cuando le comunicaron que los submarinistas Agonay Betancor y Kilian Sosa murieron en las jaulas marinas del Castillo del Romeral?

La noticia la acogí con mucha tristeza como todos, porque al final, quieras o no quieras, son compañeros de la misma rama. Pero, tampoco me sorprendió. Yo los vi el día antes del desgraciado accidente, que vinieron a alquilar botellas de aire aquí con un alto cargo mayor que ellos y se lo negamos. Nosotros a empresas así no lo alquilamos porque las querían para muchos días y sus compresores son de explosión y los tienen en los mismos barcos y contaminan las botellas. Y si contaminan las botellas que las uso para actividades recreativas, tengo un problema. Tengo que lavarlas, secarlas, hacer un mantenimiento de una semana y es delicado. Procuramos no alquilar a empresas que tienen compresores propios.

-¿Que hace un compresor?

Cargar las botellas con aire de ambiente a 200 kilos de presión.

-¿Cuántas botellas querían?

Tres o cuatro para hacer una maniobra 22 veces a 28 metros de profundidad para realizar un muestreo, coger una cierta cantidad de peces para ver el tallaje y regular la comida para no tirar pienso de más al agua. Se hace una vez cada 15 días o una al mes.

-Al final las alquilaron.

Después de salir de aquí llamaron a otra empresa para que se las alquilaran y también les dijeron que no. Y, después, lo lograron alquilar con una mentira al llamar uno de ellos como si fueran buceadores deportivos, como si fuera para su uso personal. Y la empresa bajo ese engaño les cedió las botellas.

-¿Y preveía problemas?

Sí. Aunque no los conocía sí pensaba que me podían intoxicar las botellas con aceite.

-¿Cree que ese pudo ser el problema?

Será el juez el que tendrá que examinar si estuvo contaminada por el monóxido de carbono. Bióxido de carbono es imposible porque eso lo generamos nosotros mismo. Pero si es monóxido de carbono tuvo que venir del compresor. Sé que la empresa que las alquiló las tenía en perfecto estado con un 98,8% de pureza de aire y tiene compresor eléctrico y no tenía riesgo de intoxicación porque tiene la manguera muy alta.

-¿Qué puso pasar?

Que el aire estuviera en mal estado, cosa que nunca se puede descartar aunque es difícil. Pero hablamos de empresas que tienen compresores que no llevan mantenimiento. Pudo ser por un exceso de tiempo en el agua, pero lo más raro es que hayan fallecido los dos; o que esté pasando algo y se esté escondiendo la verdad. Al fin y al cabo son empresas y los accidentes laborales son muy delicados.

-¿Suele haber bastantes accidentes en piscifactorías?

No. En este tipo de acuicultura o piscifactoría no suele haber.

-No hace mucho hubo un submarinista fallecido en Telde.

Sí, más allá hubo uno en Tufia de un trabajador de la empresa Canexmar. Pero allí el accidente fue porque el chico se puso a hacer submarinismo después de trabajar. Eso está prohibido y no se puede hacer. Este año no ha habido ninguno más.

-¿No cree que los fallecidos eran demasiados jóvenes?

Sí. Tanto el de 22 como el de 26 años. Además, ambos llevaban poco tiempo buceando. Igual hace poco que terminaron en la escuela y estaban en prácticas, aunque tendrían que estar supervisados por una persona que tenga mayor experiencia. También es verdad que esa empresa se vendió hace poco a un ruso y despidieron a todo el personal, una docena. Son muy jóvenes y eso es una limitación para el trabajo con jaulas marinas. Aunque no debería haber problema si se hacen las cosas como se debieran hacer. Cierto es que no es nuestro medio, porque estamos diseñados para estar fuera del agua.

-¿Cuánto tiempo se puede estar sumergido, porque algunos apuntaban que estuvieron más de 90 minutos?

Depende de la botella, pero 90 minutos a 30 metros de profundidad no se puede estar. Tendría mucho nitrógeno acumulado y habría que hacer muchas paradas de descompresión. Puede ser que se hayan excedido los dos en el tiempo de trabajo.

-¿Cuáles son los problemas principales de las piscifactorías a los que se enfrenta un inspector?

Miramos que las instalaciones estén en perfecto estado. Revisamos lo que es el continente, que debe estar en perfecto estado, pero se asegura el contenido, los peces. Hace 25 años había mucha falta de seguridad, mucha ignorancia. Todavía se está en auge y se inventa algo nuevo. Se mira el tipo de embarcaciones que se usan, el personal cualificado, ya sean patrones, biólogos, marinos, buceadores, que deben ser todos profesionales, y operarios de alimentación. En las piscifactorías de la Península tales condiciones se llevan a rajatabla.

-¿Y en Canarias?

En las empresas que conozco como Procría, Interacua son muy profesionales y llevan muchos años en el mundo de la acuicultura y llevan la seguridad al 100%.

-¿Haría falta en Gran Canaria un Instituto de Buceo como los hay en Lanzarote y Tenerife?

Sí. Estaría bien, porque es una opción para un puesto de trabajo.

-¿Qué piscifactorías hay en la Isla?

Están Procría, Adsa, Granja Marina Playa Vargas, Interacua, Canexmar y la del Instituto Social de la Marina de Taliarte, que es para estudio. Podrían haber más, pero es muy complicado lograr un permiso porque hay muchas trabas políticas. Son muy rigurosos y montar una piscifactoría es muy costoso. Pero los mayores productores y exportadores que hay están en Canarias. Se producen unas 300 toneladas anuales.

-¿Hay seguridad en el trabajo en las jaulas marinas?

La seguridad laboral la veo muy bien en la piscifactorías que conozco. Igual se falla más en cuidar el material de buceo, pues hay gente que trabaja todos los días.