Los nuevos chiringuitos de Playa del Inglés y de Maspalomas están ya fabricados en Gijón, pero aguardan en las instalaciones de la empresa que los construyó, Olprim S.A., a todos los permisos medioambientales que debe sortear el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana. El grupo de gobierno había previsto que Maspalomas y Playa del Inglés estrenarán los quioscos ahora, al comienzo de la temporada alta, pero parece que va a resultar complicado cumplir con la nueva fecha: enero de 2015, como ha anunciado el concejal de Playas, José Carlos Álamo, dados los trámites burocráticos que aún quedan por resolver para que las dos playas del Sur más frecuentadas por los turistas estrenen este mobiliario.

El hecho de que el arenal en el que van colocados estos habitáculos forme parte de la Reserva Natural de las Dunas obliga al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana a encargar a una empresa que elabore un estudio de Impacto Ambiental para después remitirlo a la Demarcación de Costas, cuya autorización es decisiva para que el Cabildo de Gran Canaria tramite finalmente la Declaración de Impacto Ambiental. Álamo explicó que no esperaban tanto contratiempo, ya que el Ayuntamiento se ha enterado hace poco de que la Declaración de Impacto Ambiental de 1997, con la que la corporación insular dio vía libre a los actuales quioscos, ya no tiene validez

Pero, el grupo de gobierno también tiene que apurar los tiempos para convocar el concurso público que decida que empresa se hará con la explotación de los chiringuitos, ya que en este momento los técnicos están redactando el pliego con las condiciones que regirán la convocatoria. En este sentido, el concejal de Playas aclaró que otro de los trámites que ha dilatado la sustitución de los viejos quioscos ha sido que el grupo de gobierno tiene que redactar las bases del concurso porque los que ahora se están explotando se rigen por las condiciones de 2005, y la concesión fue por un periodo de un año prorrogable.

En total, son diez los chiringuitos que se distribuirán a lo largo de Playa del Inglés y Maspalomas, de los que ocho se destinarán a ofrecer todo tipo de aperitivos y bebidas, y dos se utilizarán como taquillas para que los turistas y usuarios de la playa guarden sus pertenencias personales.

Estos habitáculos han costado 536.250 euros y han sido financiados por el Consorcio de Rehabilitación Turística, que dirige César Muñoz. Si bien la partida de la que disponía el citado ente público para la compra de este mobiliario de playa ascendía a 595.000 euros, es obvio que Olprim S. A. se comprometió a hacerlos por menos.

Una de las características del diseño que tuvo en cuenta el comité de expertos que valoró las ofertas, fue que el habitáculo dispusiera de un patín para poder desplazarlo con facilidad . Este detalle junto al acabado de los módulos, en madera y resina, fueron los que jugaron a favor de la empresa asturiana Olprim S.A., que se posicionó desde un primer momento en el concurso convocado por el Consorcio de Rehabilitación como la mejor oferta desde el punto de vista técnico.

Aunque en principio se había pensado en que los quioscos aprovecharan la energía solar para el suministro de electricidad, finalmente se optó por dotarlo de un grupo electrógeno diésel porque se consideró que había que poner muchas placas y además, se corría el riesgo de que fueran sustraídas durante la noche.

En caso de averías se podrá recurrir a un depósito auxiliar de almacenamiento de combustible de un máximo de 300 litros. Tal y como establece la Ley de Costas los quioscos tendrán una superficie máxima de 20 metros cuadrados, algo más de lo que miden ahora. A diferencia de los actuales no tienen sótano bajo la rasante de la arena para albergar los motores de gasoil y atenuar el ruido.