El independentista y polemista padre Fernando Báez no faltó tampoco a la cita con su melena al aire, compitiendo con la del párroco palmero de Valsequillo, que el viernes pasado cumplió años. También se hizo ver el alcalde de Arucas, Ángel Víctor Torres, secretario insular y candidato del PSOE a la presidencia del Cabildo, que caminó junto a la corporación valsequillera. En la misa y procesión estuvieron varios consejeros ha-bituales del Cabildo como Antonio Hernández Lobo (Cooperación Institucional) o Francisco Santana (Agricultura y Ganadería), además del primer teniente de alcalde de Teror.

En la iglesia una pantalla hacía las veces de karaoke para que los fieles pudieran leer la letra de las canciones de misa. Cuando salió el trono, los voladores tronaron de forma ensordecedora. Tanto que hasta hicieron llorar a algunos niños pequeños, que se tapaban airadamente las orejas subidos al lomo de los padres. El olor a incienso y sahumerio se mezcló con la pólvora de la pirotecnia.

La banda de música singular recibió al santo en la puerta de la iglesia con los acordes del himno nacional. La media de edad era parecida a la del geriátrico de Tafira, y eso que había alguno joven. Varios músicos octogenarios no tenían problemas en soplar la trompeta y el saxofón, manejando magistralmente los instrumentos de viento y metal.

Gran espada

La pequeña figura del arcángel blandiendo una gran espada y con el demonio a sus pies paseó por las calles del municipio en las flamígeras horas del mediodía. Fue el momento en el que el santo derrotaba al demonio, que no era otro que el perro maldito que sobresaltó al pueblo desde la medianoche anterior y que durante toda la madrugada y en las primeras horas del día recorrió suelto todos los rincones de Valsequillo, atemorizando a la población sin pausa ni tregua.

Tras la procesión, los animales que participaron en la feria de ganado desfilaron ante la imagen del patrón de Valsequillo. Desde las ocho de la mañana fueron llegando al pueblo para participar en la competición de cada año, que premia a los mejores ejemplares.

"No le toques el rabo que te da una patada", le conminaba una madre a un hijo que acariciaba a un burro por detrás. Como Platero y yo, como Platero y él. "No te asustes, no te asustes", le decía un padre a su hija cuando se acercaba. Muchos niños pequeños fueron los principales espectadores de la feria, una especie de zoológico de animales autóctonos que desprendían olores rotundos que nada tenían que ver con el incienso de la iglesia.

El macho cabrío premiado parecía el diablo encarnado en el perro maldito. En la feria de ganado había cabras, ovejas, carneros, burros, mulos caballos, ponis, terneros, novillos, vacas y toros.

"Lo importante es la presencia, la presencia", explicaba uno de los ganaderos a un forastero. El burrito fue el animal preferido de los niños, que lo manoseaban hasta la extenuación. Los pequeños aprobaron también la presencia de unos ponis para montarse en ellos. El chico atrae al chico. Cuestión de tamaños. La presencia de tanto niño garantiza la duración de la tradición.

Conrado Marrero Pérez, de Firgas, es uno de los ganaderos que logró premios en la feria: el primero de machorras y de macho cabrío. "Lo vi en Fontanales y me fijé en él. Lo compré sobre la marcha. Primero di 30 euros, pero luego el dueño me lo cambió por un cordero. Uno por otro. Al final el que ganó fui yo porque me ha tocado el primer premio la primera vez que lo llevo a competir en una feria. El próximo domingo vamos a Agüimes y el mes que entra a Vecindario".

Engaños

"Ayer [por el domingo] fuimos a Valleseco y nos rebelamos. Solo participaron dos ganaderos porque los otros doce nos negamos por las pocas ayudas que recibimos para venir a las ferias. En San Mateo nos pasó lo mismo. Los ayuntamientos quieren hacer las ferias sin desembolsar apenas dinero y eso no puede ser. Nos están engañando. Antes nos daban di-nero para el transporte, pero ha- ce años que lo quitaron. No llevamos los animales. La vergüenza es para ellos".

Asegura que en Valsequillo son más generosos. Por el primer premio de macho cabrío le dan 50 euros, "aunque para el año que viene lo van a subir, según me dijo antes el veterinario municipal. Van a poner un lote de cabras y otro de ovejas. Aquí se portan mejor porque van a subir la cantidad en premios".

Conrado trajo a la feria ovejas, cabras y terneros. Once animales en total. Este año han venido nueve ganaderos. "El Cabildo da dinero para los ganaderos, pero quiere bajar la ayuda 12.000 euros. Nosotros le vamos a caer encima para que no lo haga. Si quieren ferias de ganado buenas tienen que gastarse los cuartos".

"Esa vaca es más grande que el barco de Armas", le suelta un lugareño a otro, asombrado por las dimensiones del animal.

Veterano

El más veterano de todos los ga- naderos es el firguense Pedro Alemán. Siete de sus vacas, toros, terneros y novillos fueron premia-dos. Está acostumbrado porqu e no falta a una feria de ganado en la isla. "El 14 de abril hago 93 años", dice tan campante. "Yo sigo con este negocio. ¿Qué coño voy a ha-cer? Ahora vamos a desfilar. Me pagan 100 euros por cabeza de ganado bovino. El año pasado nos pagaron 60 u 80 por cabeza. Tengo el ganado preparado para competir". El nonagenario cuenta con 18 cabezas de ganado en su establo de Firgas.

Ayer era un día de resaca de la Suelta del Perro Maldito, que se había celebrado horas antes. A partir de las seis y media de la mañana comenzó la diana floreada, donde músicos y artistas recorrieron las calles anunciando el día de san Miguel.

Desde las ocho comenzaron a llegar los animales a la explanada de tierra de la feria. A las seis de la tarde se celebraron las tradicionales carreras de caballos en la carretera GC-41, la vía que une el casco de Valsequillo con el vecino Telde. La compañía de teatro Instinto Cómico cerró la jornada por la noche con su popular y televisivo programa 'En clave de ja', que emite cada domingo la Televisión Canaria. El que no ha venido tiempo ha tenido. O lo que es lo mismo: el que no se divirtió fue porque no quiso. La generosa asistencia de público tuvo una gran vistosidad en la procesión de San Miguel.