-¿Por qué se produce el desencuentro con la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento?

Susana Castro (Sully): No sabemos y estamos intrigadas. Le pedimos a una vecina que hiciera el pregón este año, pero nos dijo que no podía y mi hermano nos comentó que por qué no lo hacíamos Las niñas de San Francisco, un grupo de amigas del barrio formado por María Mercedes, Pepa, Genoveva, Carmen Rosa, Pino Rosa, Oti, Pino, Lidia, Carolina, San-dra y yo, Susana. Creímos que era una buena idea y le presentamos al Ayuntamiento la lista de quie-nes participarían. Pero para nuestra sorpresa, Festejos nos dice el jueves que no va a celebrarse la fiesta y no nos da ninguna explicación. Por ello, nos organizamos y le pedimos al párroco de San Juan, José María Cabrera, si podíamos usar la iglesia para leer el pregón. Las personas que fueron se emocionaron bastante con nuestra exposición de la historia y anécdotas. Hubo lloros y risas y nos lo pasamos bastante bien.

Pino Naranjo (P. N.): Dividimos el pregón en tres partes: una histórica que expuse yo; otra con anécdotas que contó Sully y una tercera con un powerpoint con imágenes de San Francisco. Queríamos hacer un pregón entretenido y cercano a la gente y no esos que te dejan dormido. Pedimos disculpas a los vecinos por no anunciar el pregón, pero no queríamos correr el riesgo de que nos pararan el acto tras decir Festejos que no habría fiestas. Por eso, en vez de pregón, decíamos que era un homenaje al barrio. Damos las gracias al párroco que nos dejó la iglesia, y que en la misa de la Basílica de San Juan animó a que fueran a oírnos, pudimos disfrutar todos muchísimo.

-Aunque comentan que el balance de las fiestas ha sido muy bueno, con otra edición de la Fiesta del Sombrero de Paja o la organización de una fiesta infantil, ¿por qué decayeron unos festejos que antes eran tan concurridos como conocidos?

P. N.: En el momento de esplendor de las fiestas, el Ayuntamiento ayudaba bastante y tenemos que agradecerle a Paco Valido y a Tony Benítez su apoyo cuando fueron concejales, Nos ayudaban pagando una verbena y también en la organización de la ofrenda al santo. Pero con los años, los actos fueron decayendo hasta el año pasado, en el que hemos empezado a recuperar las fiestas. Este año los vecinos han dicho que ha sido un inicio de fiestas espectacular.

Sully: En los años 80 organizábamos ventorrillos e íbamos a Unelco para que nos engancharan la luz. Se situaban en el mirador y gracias a la labor de la antigua asociación de vecinos, en la que participaban todos los residentes, se hacían aportaciones voluntarias en un sobre que se recogía casa por casa y el empresariado colaboraba en la realización del famoso y añorado rastrillo dominical.

-¿Cómo calificarían la situación de San Francisco?

Sully: Está completamente abandonado. Hicieron obras en su esplendor, pero luego se han olvidado de él.

P. N.: San Francisco está completamente infravalorado, pese a que tiene muchos visitantes a lo largo del año por las excursiones turísticas, pero es una pena que en la propia Gran Canaria hay quien no sepa que Telde tienen un barrio histórico tan bonito

-¿Qué proponen ustedes para dinamizar el barrio?

Sully: Nosotras pretendemos recuperar la asociación de vecinos para buscar soluciones a los importantes problemas del barrio, donde apenas se ve a gente por la calle cuando antes siempre te encontrabas a los vecinos. Hoy en día los niños no salen a jugar porque los padres tienen miedo al estar las calles tan solitarias. También tenemos que llevar la basura en nuestros coches porque nos han quitado contenedores. Creemos que sería ideal abrir la iglesia una vez a la semana. Debería haber una zona para desarrollar talleres, hacer un domingo de ventorrillos o recuperar el rastrillo.

P. N.: Se podría hacer una misa mensual en la iglesia, porque los vecinos ahora tienen que ir a escucharla a San Juan. Ahora se usa cada quince días por la reunión de la orden franciscana. También es una pena que la Casa de los Sall esté cerrada y no se permita disfrutar de lo que puede ofrecer de actividad cultural, con teatro, sala de exposiciones, cafetería. Pero está cerrada desde hace tiempo y como siga así terminará estropeándose.

-Ustedes son componentes de ´Las niñas de San Francisco´. ¿Qué pueden decirnos de ellas?

P. N.: Las niñas de San Francisco somos un grupo de amigas que nacimos y crecimos en el barrio. Nos caracterizamos por ser mujeres emprendedoras, trabajadoras, espabiladas y que siempre hemos conservado nuestra amistad. Algunas siguen viviendo aquí, como Sully, otras se han marchado a vivir a otro sitio, pero visitan el barrio siempre que pueden y luego están las que han regresado a San Francisco en los últimos años. Teníamos un grito de guerra: "Estamos aquí, hemos llegado, somos las chicas del barrio, de lo mejor, de lo peor, siempre de buen humor".

Sully: Cuando éramos niñas jugábamos en la plaza de San Francisco todo el rato. Íbamos por las calles jugando a policías y ladrones, Verdad y consecuencia, al fosforito y un largo etcétera de juegos tan grande como era nuestra imaginación para alimentar nuestra fantasía. Luego, cuando el barrio se nos quedó pequeño íbamos a las fiestas del Casino (la de blanco, la bávara, etc), a las que podíamos gracias a que Miguel Naranjo nos iba a buscar al final del baile para que nuestras madres nos dejaran salir.